El Porfesor Hossam Haick, del Instituto de Tecnología Israelí Tejnion, junto con su equipo, han construido una nariz artificial que tiene la capacidad de detectar moléculas en la respiración humana que señalan la presencia de cánceres de cuello y cabeza. Dicho aparato es de importancia vital para las millones de víctimas de cáncer en el mundo dado que los cánceres de cabeza y cuello son especialmente difíciles de detectar hasta que han alcanzado un estadío avanzado y ya resultan muy difíciles de tratar.
El dispositivo ha sido llamado por sus inventores como NA-NOSE (Nanoscale Artificial Nose) y consiste en cinco sensores de nanopartículas de oro, y un software que puede detectar y obtener modelos de moléculas que existen en la respiración de la gente que tiene cáncer de cuello y cabeza, o incluso de pulmones.
Los sensores son tan pequeños que sólo unas pocas moléculas de las que se están buscando pueden cambiar las propiedades eléctricas de los materiales mostrando un resultado. Esto significa que ellas son capaces de detectar cualquier concentración pequeña de dichos componentes, lo cual es escencial por el hecho de que la respiración humana es en un 80% vapor de agua.
El NA-NOSE fue probado en 80 voluntarios, la mayoría de los cuales tenía diversos tipos de cáncer de cabeza y cuello, tales como los de boca, labios, cavidades sinusales, laringe o glándulas salivares.
Los cánceres de cabeza y cuello componen el octavo tipo de cáncer más común en todo el mundo, y en algunos países, como los EE.UU., el 5% de todos los cánceres reportados pertenecen a este tipo.
El NA-NOSE pudo discernir la diferencia entre pacientes con cáncer de cabeza y cuello de aquellos libres de cáncer; entre los que tenían cáncer de cabeza y cuello y los que tenían cáncer de pulmón; y entre los que tenían cáncer de pulmón con los que estaban libres de cáncer.
Si bien los resultados de las pruebas fueron destacables, el dispositivo todavía necesita pasar por más pruebas antes de estar en condiciones de ser aconsejado su uso como herramienta diagnóstica en los consultorios médicos de todo el mundo.
Pero hasta el momento, los resultados fueron prometedores.
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