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La violencia y el estrés en el ámbito médico ha adquirido tal relevancia que fue tratado en el Congreso de Medicina Laboral que se desarrollo del 27 al 29 de Octubre en esta Capital Federal, en la Academia Nacional de Medicina como:
”violencia y maltrato al médico”.
Uno puede ubicar escritos referentes a asistir y contener a familiares y cuidadores de personas con mal de Alzheimer, y también hablando en general a toda persona que cuida o atiende pacientes. No obstante, el punto de que los médicos, es decir aquellos que por vocación y por función nos ocupamos de cuidar y tratar las dolencias ajenas en muchas ocasiones (las mas de las veces), nos encontramos trabajando dentro de un sistema de atención de salud que nos deja a nosotros huerfanos de todo cuidado y de toda protecciòn es la idea que impulsa estas lineas. Es decir el desamparo al que se encuentra sometido el galeno sea en el plano laboral (trabajo precario y mal remunerado), desvalorización de la profesión en el medio social, saturación de los turnos y hoy por hoy discusiones frecuentes por las recetas médicas (en particular en el Pami) juicios por mala praxis, violencia creciente de parte de muchos de los pacientes (sea verbal o fìsica), insultos o animosidad, todo esto trae aparejado un enorme caudal de estrès para el profesional del arte de curar.
Las enfermedades que trae el estrès son ya muy conocidas, pero podrìamos resumirlo nuevamente en mayor cantidad de eventos cardiovasculares (dolor cardíaco, infarto o el famoso ACV o accidente-cerebro-vascular e hipertensión arterial con el desarrollo de insuficiencia cardìaca) en el perídodo agudo. Y en su forma sostenida y crónica con una depresiòn inmunològica que predispone a padecer enfermedades infecciosas y también al desarrrollo de tumores malignos.
La irrupción del Sindrome de Burn-out (o del quemado ) y que se define como una especie de agotamiento personal y profesional y que sin lugar a dudas se relaciona con las condiciones en que se desarrolla actualmente el trabajo médico, si bien no exclusivamente se puede apreciar cuantos trabajadores de guardapolvo blanco lo sufren, en particular en muchas guardias hospitalarias y consultorios de alta demanda.
Resumiendo: la falta de una buena agremiación médica que defienda los derechos de los mèdicos, y un sistema de salud donde el médico pasa a ser un peòn que juega sometido a
otros intereses (económicos) y directivas que no toman en consideración las reales necesidades para poder desarrollar una òptima relación médico-paciente son el combo mortal que
desgastan al profesional y que obviamente quita la posibilidad para los propios pacientes obtener ese buen servicio (médico) tan esperado y tan necesario.
Para el que esto escribe ha sido suficiente ver partir precozmente a tantos colegas y amigos.A edades tempranas cuando todavía quedaba mucho resto para vivir y para dar a los demás. Y entonces, todo este tòpico tan importante y tan olvidado, me orienta a obtener este espacio de meditación y de reflexión de la palabra Refuah (medicina o cura), que deberìa ser una palabra inclusiva y extendida a todas las personas sin excepción. Al enfermo y a su cuidador. Si bien trabajamos en un sistema que no parece tomar en consideración los derechos de los médicos como trabajadores y como personas, puede que estas lineas ayuden a entender que el profesional tambièn es un ser de carne y hueso que piensa, siente, sufre por o a causa de sus pacientes y que hoy por hoy y mas que nunca, muchas veces se agota y también se enferma.
En definitiva, si decimos que buscamos la buena medicina, esa debería ser aquella que no deje de lado al médico en su situación y promueva los cambios necesarios en las condiciones de trabajo para resguardar a esa población de mèdicos en riesgo que terminaran convirtiendose (precozmente) en nuevos pacientes y perpetuando este circulo vicioso(de quebranto y mala atención). Los cambios necesarios seràn los que traigan ese anhelado circulo virtuoso donde el sujeto cuidado y su cuidador, ambos se vean y se sientan protegidos por un sistema realmente sanador. Las palabras: contención, paraguas, abrigo, red o malla protectora, consitituyen las palabras claves de la presente y breve exposición.
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