El examen clínico de pacientes y la confección de una historia clínica son más formas más útiles para diagnosticar a los pacientes que los estudios de alta tecnología, según lo demostró una investigación en Israel.
Algunos tipos de exámenes como los ultrasonidos y ecografías son incorporados actualmente dentro de los hospitales pero los médicos dicen que tales estudios, cuando se realizan inmediatamente después de que los pacientes se presentan en los servicios de urgencia, sólo ayudaron al diagnóstico en apenas uno de tres casos, afirma el estudio publicado recientemente en la Revista Archivos de Medicina Interna.
También existe una investigación relativa a que la radiación producto de múltiples estudios de rayos X pueden incrementar el riesgo de cáncer a largo plazo.
A fin de comprobar si esos estudios eran verdaderamente útiles, los investigadores dirigidos por Ami Schattner del Centro Médico Kaplan, de Rehovot, Israel, hicieron un seguimiento de pacientes que consultaron en la Sala de Urgencias de un hospital escuela y que fueron admitidos.
“Las características básicas siguen siendo una herramienta poderosa y suficiente para obtener un diagnóstico preciso en la mayoría de los casos”, escribieron Schattner y sus colegas.
“Los médicos podrían apoyarse más es sus capacidades clínicas cuando deben tomar decisiones acerca de sus pacientes”.
Schattner y sus colegas hicieron un seguimiento de 442 pacientes a los cuales observaron en forma consecutiva. Cada uno de ellos fue examinado en forma separada por dos médicos, un residente y un médico de planta, quienes también interrogaron a los pacientes sobre sus anteriores problemas de salud.
Ambos médicos tuvieron acceso a los resultados de los exámenes de rutina, incluido el análisis de sangre y de orina, así como a otras radiografías que fueron tomadas apenas los pacientes ingresaron en la sala de emergencias.
Los investigadores posteriormente observaron la pertinencia de las decisiones tomadas por los clínicos comparadas con el diagnóstico definitivo que recibieron los pacientes durante o después de su hospitalización. Ellos también les preguntaron a los médicos en qué factores confiaron más en el momento de diagnosticar a cada paciente.
Ambos clínicos llegaron a un diagnóstico correcto en el 80/85% de los casos.
Sólo uno de cada seis pacientes tuvieron otros estudios extra mientras estaban en la sala de emergencia. El resto sólo había realizado análisis simples de sangre, orina y electrocardiogrmas.
Pero incluso para los pacientes que habían realizado estudios extra, según los doctores, la precisión del diagnóstico había mejorado en una ínfima proporción.
En cambio, la sola historia clínica del paciente, o la historia más un exámen físico, eran más importantes para llegar a un diagnóstico correcto en casi el 60% de los casos.
Cuando se incluían además exámenes básicos, ellos junto con las historias clínicas y los análisis procuraban llegar a un diagnóstico correcto en el 90% de los casos.
“El proceso clínico sigue siendo una comunicación personal entre el paciente y su médico”, dijo Matthew Sibbald, un cardiólogo de la Universidad de Toronto que no había participado de la investigación.
“Por más que querramos apoyarnos en la tecnología…no es la tecnología la que nos ayuda a formular un diagnóstico”, declaró el Dr. Sibbald.
|
|
|