Las autoridades polacas han reabierto una investigación respecto a crímenes cometidos en Auschwitz y sus campos satélites durante la Segunda Guerra Mundial. Dicha investigación había sido cerrada en la década del ’80 debido a que el país había quedado aislado detrás de la Cortina de Hierro.
Uno de los objetivos de estas nuevas pruebas es el de rastrear a todos los criminales nazis que aún siguen con vida, de acuerdo a lo anunciado días pasados por el Instituto Nacional de la Memoria, una organización estatal que investiga los crímenes del nazismo y de la era del comunismo.
La Alemania Nazi abrió el campo de exterminio de Auschwitz en el año 1940, algunos meses después de haber invadido y ocupado Polonia. Durante los cinco años subsiguientes de la guerra, los nazis de Alemania y de Austria asesinaron a más de 1.500.000 personas en el expandido complejo de campos conformado por Auschwitz-Birkenau; la mayoría de esas personas eran judíos de distintos países de Europa, pero también había entre ellos polacos, gitanos, homosexuales y otros.
La investigación fue abierta por una rama del instituto de la memoria de Cracovia, que está situada cerca de Auschwitz.
Alemania también tenía en funcionamiento otros campos de la muerte en toda Polonia –como Jelmno, Treblinka y Belzec- y aún se desconoce si está planeado llevar a cabo nuevas investigaciones en esos campos también.
El líder internacional de cazadores de nazis, Efraim Zuroff, elogió la iniciativa de Polonia de reabrir la investigación. El declaró que la misma “podría tener tremendas implicancias” en cuanto a allanar el camino para nuevos juicios gracias a la condena del mecánico de autos de Ohio John Demjanjuk, que tuvo lugar en Alemania a comienzos de este año.
Demjanjuk fue condenado por 28.060 causas de asesinato. Esa fue la primera vez que Alemania condenaba al guardia de un campo de concentración nazi basándose en la teoría de que si él había trabajado allí entonces formaba parte del proceso de exterminio incluso aunque no existiera una prueba directa de asesinatos específicos.
Esto abrió la puerta a muchas eventuales condenas y las autoridades alemanas ya han reabierto cientos de investigaciones que estaban dormidas referidas a guardias de campos de la muerte.
Zuroff declaró que si la investigación polaca prospera en relación a otros perpetradores de crímenes de guerra, él espera que al igual que Demjanjuk estos sean juzgados en las cortes de Alemania puesto que Berlin exige la extradición en esos casos.
Polonia había abierto originariamente las investigaciones sobre los crímenes de Auschwitz en los años ’60 y ’70, pero en los ’80 las cerró sin que se iniciara ninguna causa. Polonia tenía problemas para interrogar a testigos y a criminales que vivían fuera del país debido a que se encontraba aislada del resto del mundo al formar parte de los países alineados detrás de la Cortina de Hierro.
La última vez que Polonia llevó a cabo una condena por crímenes del nazismo fue en 2001, cuando un polaco, Henryk Mania, fue sentenciado a ocho años de prisión por haber tomado partido en actos de genocidio en el campo de la muerte de Jelmno.
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