En homenaje a Rosh Hashaná presentamos algunas reflexiones sobre nuestra relación con Hashem adaptados de los escritos de Harav Shimshon Pincus, zt”l, el inolvidable marbitz Torah v’hashkafá, quien aunque fue convocado a la yeshivá shel maalah aún sigue iluminando los caminos de mucha gente.
“Yo huiré de Ti hacia Ti”
Hay una concepción errónea sobre lo que significa bitajón. A menudo la gente piensa que bitajón significa dejar de preocuparse. Eso es un error. El Brisker Rav explica que significa el verdadero bitajón. Su explicación resuelve una llamativa contradicción dentro de las halajot de Rosh Hashaná.
Por una parte, Rosh Hashaná transmite miedo y tensión. Por el otro lado Rosh Hashaná es un tiempo de alegría. Esta es una enorme contradicción. Nosotros evitamos rezar Hallel en Rosh Hashaná porque estamos en un proceso de juzgamiento. Pero nosotros nos vestimos y arreglamos preparándonos para Rosh Hashaná, y cocinamos con alegría alimentos para la festividad porque estamos totalmente confiados en que el final del juicio saldrá bien. ¿Cómo pueden ser ciertas ambas cosas?
El Brisker Rav resuelve esta contradicción citando versos de un magnífico himno llamado Keter Maljut compuesto por Rabi Shlomo Ibn Gevirol.
“Si Tú verdaderamente recuerdas Mis pecados”- Si Tú, Hashem, abres el Libro de las memorias y descubres mis pecados que están allí escritos, ¿hacia dónde puedo huir?
“Yo huiré de Ti hacia Ti”- Yo tengo un lugar hacia donde escapar, ¡Yo huiré hacia Ti!
“Y yo estaré protegido de Tu ira”- Si, jas ve’shalom Tú decides lanzar Tu ira contra mi, yo tengo una forma de protegerme a mi mismo. ¿Cuál es?
“A Tu sombra”- La sombra de Hashem será mi refugio para protegerme de las llamas de la ira.
También el Rambam expresa un concepto similar en relación a Rosh Hashaná. El lo describe como un momento de “Escapar de y de huir hacia El” (Comentarios del Rambam sobre la Mishná, Rosh Hashaná 4:7)
Cuando una persona está el peligro la única forma que tiene de salvarse es “a Tu sombra”. Pero no comienza con eso. Comienza con: “Yo huiré de Ti”. Si una persona no tiene miedo, él no huye y tampoco vendrá a buscar refugio en Hashem. En tal caso, no existe esperanza para él.
Por lo tanto ambas partes son necesarias: “Yo huiré de Ti”, y “Yo huiré… hacia Ti”.
Cuando una persona tiene temor, él puede encontrar bitajón. Pero cuando una persona se siente segura de que nada malo le va a suceder, cuando se dice a si mismo que no hay ningún problema y que todo está bien, entonces él no tiene ninguna necesidad de bitajón. El no se siente en peligro, por lo tanto no tiene ningún motivo de huir hacia Hashem y buscar refugio en Su sombra protectora. Esta persona está verdaderamente en un problema ya que le falta protección contra un daño.
Esto explica porqué nosotros no rezamos Hallel en Rosh Hashaná. Nosotros estamos temerosos ante el juicio. Y por esa misma razón nos preparamos tan bien para Rosh Hashaná y nos sentamos con alegría ante una mesa de comida festiva. Nosotros confiamos en Hashem para que milagrosamente nos salve del peligro que estamos enfrentando.
Mucha gente razona de la siguiente manera:
“Mis problemas pueden ser grandes, pero Hashem también es grande”. Por lo tanto, ¿cuál es la conclusión? Al final todo saldrá bien. Esto es un error. Nosotros podríamos comparar en broma esto con alguien que mezcla carne y leche y dice que esta mezcla se convertirá en parve. Eso no funciona de esta manera. La carne sigue siendo carne y la leche sigue siendo leche.
Cuando nosotros tenemos un problema, se supone que debemos tomarlo con mucha seriedad. Eso requiere de una solución seria. Una persona que enfrenta un formidable problema necesita darse cuenta de que él tiene formidables herramientas con las cuales manejarlo. Una de las herramientas más importantes que tenemos es la tefilá.
Rezar cambia la realidad
Los judíos tienen la costumbre de desearle al otro mazal tov en ocasiones festivas. En un casamiento, en un bris, en un bar mitzvá, la gente se da la mano y exclama, “Mazal tov! Mazal Tov!”. ¿Qué se supone que este deseo quiere decir?. ¿Por qué nos decimos mutuamente ‘Tú deberías tener un buen signo astrológico’?.
La Guemará cuenta cómo Rabi Elazar ben Pedas una vez se quedó dormido porque estaba hambriento y débil y soñó que estaba sentado al lado de Hashem y Le preguntaba cuánto tiempo más duraría su terrible estado de pobreza. Hashem le respondió que la situación no podía ser cambiada: Rabi Elazar había nacido bajo las estrellas de la pobreza y todo el mundo debía ser vuelto a crear para que Rabi Elazar tuviera una oportunidad de volver a nacer bajo las estrellas de la prosperidad.
Esta historia parece enseñarnos que no podemos cambiar las estrellas bajo las cuales nacimos. Entonces ¿por qué es que nosotros nos deseamos mutuamente mazal tov?
Parece ser un ejercicio de futilidad, ya que una vez que una persona nace no hay nada más que hacer respecto a su mazal tov.
La explicación es que quien reza puede cambiar la realidad, incluso puede cambiar la ubicación de su propia estrella. Pero entonces, ¿por qué le dijo Hashem a Rabi Elazar ben Pedas que es imposible cambiar la condición predeterminada de una persona? Porque él no le estaba hablando a Hashem como alguien que reza; él se dirigía a Hashem con una queja, y es por eso que no era posible responderle a su pedido. Como Hashem le explicó, sería necesario cambiar toda la realidad.
Pero ¿qué hubiera pasado si Rabi Elazar le hubiera rezado desde el fondo de su corazón? ¿Qué hubiera pasado si le hubiera rogado “por favor, Hashem, dame una parnasá decente?
La oración tiene el poder de cambiar la realidad. Lo que las estrellas dicen, la tefilá lo puede cambiar.
Esto es bitajón –por un lado, comprender la seriedad del problema. Y por el otro, dirigirse a Hashem.
Si una persona escucha sonar una sirena en el aire y su corazón no se exalta, él está en problemas. Porque si él no tiene temor, tampoco habrá de rezar. El no llamará a Hashem pidiéndole ayuda. Y si es así, ¿qué lo salvará? Cuando el temor motiva a una persona para dirigirse de todo corazón hacia Hashem, allí encontrará su salvación.
Este es la maravillosa reflexión del Brisker Rav respecto al sentido de bitajón. Y yo escuché de su hijo, Harav Yosef Dov Soloveitchik que el Brisker Rav practicaba esto en su vida real. Cada vez que la familia estaba en una situación peligrosa, él no dejaba que se olvidarán de eso nunca. El les repetiría con énfasis “¡Ellos vienen para matarnos!”, porque apenas la gente olvida las calamidades, dejan de rezarle a Hashem, y entonces se encuentran verdaderamente en peligro.
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