| 
			 
                     
Se celebra un nuevo aniversario
 al comienzo de nuestro calendario
 y en él se evalúa si fuimos solidarios
 o si ¡qué pena! sucedió lo contrario.
 Estremecidos nos paramos frente al Rey
 que sabe si actuamos de acuerdo a Su Ley
 
 De haber limpiado el corazón de toda maleza
 y con los semejantes limado asperezas.
 El blanco del Shil señalará la pureza
 que D”s exige de nosotros con toda certeza
 
 Diáfanos y puros como Él nos ha creado
 libres de toda mancha que trae el pecado
 volviendo a la imagen del Adam aseñorado 
 el retrato humano a Él asemejado.
 
 
 Todo preparado en el Tribunal Celestial
 en el que se juzga a todos en general
 y dentro de ese fallo en forma individual
 si uno fue rebelde, o lo consideran fiel y leal.
 
 Se presenta ante HaShem toda la creación
 y Él mira el detalle de cada acción
 y juzga a cada uno según su misión
 y cuáles las intenciones de su corazón.
 
 D”s en ese gran juicio va a determinar
 qué recursos nos va a proporcionar
 y con qué medios podremos contar
 para nuestro objetivo poder alcanzar.
 
 Y cuando a cada cual va a evaluar,
 mira cómo uno mismo suele actuar:
 Si a los demás para bien acostumbra juzgar
 o si rápidamente por todo, suele condenar;
 y si para dar el perdón se hace rogar
 o es suave, con Midot, como enseña el Musar. 
 
 
 En este día declaramos la gran verdad:
 que hay una sola y excluyente Autoridad
 sin excepciones - aun nosotros -, en su totalidad
 cuando se reconozca, se acabará la maldad,
 
 Se unirán entonces, todas las naciones
 que guerrean entre ellas por tantas razones,
 y abandonarán para siempre sus eternas fricciones
 para aceptar al D”s Único, sin condiciones.
 
  
 Luego de enaltecer a D”s en Maljuiot
 Encauzamos la memoria hacia Zijronot
 declarando que Él sabe todos los secretos
 donde nuestros olvidos, son hechos concretos.
 
 Y también Le pedimos que haga recordar
 aquel día que Avraham a Itzjak debió atar
 y también él asintió y subió al altar
 perpetúa su mérito, y al acusador ¡hazlo callar!
 
 Tennos presente en este Rosh haShaná
 tal como lo hiciste con la abuela  de todos: Sará
 y a Rajel dispusiste que a Iosef tendrá
 y la esterilidad quitaste a la profetisa Janá. 
 
 Acuérdate de quienes aun no formaron su hogar
 y quienes por sus hijos luchan para alimentar
 y los que con su propia familia no pueden dialogar
 o sufren solos sin un oído para escuchar
 o tanto desean tener un bebé para amamantar
 y los que anhelan Tu Mano para poderse curar.
 
 
 Y cuando escuchamos el sonido del Shofar
 que estremece nuestra alma y nos hace llorar,
 que exige que de nuestro sueño logremos despertar
  y nuestra misión en la vida bien desempeñar.
 
 Soplamos un cuerno de carnero, encorvado
 modelo de que nos acerquemos con corazón inclinado
 colocándolo entre los labios, a un costado
 primero Tkiá, un silbido prolongado
 Shvarim y Truá, un llorisqueo entrecortado. 
 
 Y si bien se trata de una obligación de la Torá
 provoca un fuerte estruendo en la Neshamá,
 quitando la somnolencia en la que aún está,
 despertándola para que vuelva pronto en Teshuvá.
 
 
 Sonó cuando declaramos nuestra libertad,
 del encierro de Egipto, que nos trató sin piedad,
 Naasé veNishmá juntos, en solidaridad,
 al ingresar como pueblo en la santidad
 de unirnos a la Torá para la eternidad.
 
 En Sinai definimos nuestra esencia:
 sólo a HaShem es nuestra pertenencia,
 negamos cualquier otra deidad con vehemencia,
 y que solo vale una vida con ética y decencia.
 
 Y ahora te pedimos que vuelvas a soplar
 ya mismo, muy pronto, no hay más por esperar.
 Diariamente anhelamos escuchar el Gran Shofar,
 y aquel día claramente sólo D”s va a gobernar,
 a Israel todos juntos no ha de convocar
 y el Bet haMikdash en su sitio volverá a emplazar.
 
 Al comenzar, HaShem, este nuevo año,
 que sea fructífero, solidario y sin daño
 Nos acercamos a Tí como hijos - con cariño
 Te pedimos sinceros, nos des lo necesario
 
 Intentamos corregir y hacer Teshuvá
 Te acercamos las súplicas en nuestra Tefilá,
 nos ocupamos por quienes precisan nuestra Tzedaká
 Por favor, HaShem, trae la Gueulá.
 
  | 
         
       
        
     | 
     
      
     |