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En el Beit Hakneset del Centro Comunitario Chalom se llevó a cabo el acto de recordación y evocación del Holocausto/Shoá de las comunidades judías de Rodas, Salónica y Cos y de todos los mártires sefaradíes masacrados por el nazismo durante la Segunda Guerra Mundial, organizado por el Centro Comunitario Chalom, la DAIA y el Museo del Holocausto de Buenos
Aires.
Durante el transcurso de este homenaje hicieron uso de la palabra el presidente del Centro Comunitario Chalom, Martín Ferraro; el licenciado Claudio Avruj; David Galante, sobreviviente de la Shoá; la profesora de la Universidad de Lovaina Christiane Stallaert; Michael Cristides, embajador de Grecia en Argentina; José Menascé, nativo de Salónica y vicepresidente del Museo del Holocausto; Daniel Gazit, embajador del Estado de Israel y Alberto Hammrschlag, vicepresidente de la DAIA.
Martín Ferraro sostuvo “Estamos esta noche acá, como lo hacemos cada año, para decir en voz alta que no estamos dispuestos a olvidar. Tenemos un compromiso con con la memoria de millones de hermanos víctimas del odio y la sinrazón. También con nuestros hijos y nietos: con el futuro de la humanidad. El futuro de la humanidad podría estar en riesgosi no levantamosla voz y ponemos en acción lo que declaramos: todo no dalo mismo”
El Embajador Cristides por su parte resaltó la perfecta convivencia en la que vivían cristianos y judíos en Grecia antes de ser ese país dominado por los nazis, a la vez que permanentemente tiene presente lo ocurridos durante el Holocausto.
David Galante brindó su testimonio, haciendo hincapié en la necesidad de mantener la memoria de lo ocurrido educando a las jóvenes generaciones.
José Menascé hizo entrega a las autoridades del Centro Comunitario Chalom de un Yad, que fue utilizado en las primeras décadas del siglo XX en la sinagoga Chalom de Rodas.
Daniel Gazit se refirió a la importancia de tener presente el martirio que sufrieron todos los judíos que vivían en los territorios dominados por los nazis.
Alberto Hammrschlag, por su parte manifestó “Allí donde la maquinaria de muerte del Tercer Reich posó su siniestro pié, destruyó vidas de hombres, mujeres y niños, arrasó con instituciones y con el acervo cultural, pretendiendo borrar todo vestigio de vida judía, que en Grecia tenía 2.300 años de antigüedad. Cerca de 60.000 hermanos judíos, de un total de aproximadamente 77.000 que residían en Grecia antes de la Segunda Guerra Mundial, fueron exterminados por el nazismo”, para luego continuar afirmando “La preservación de la memoria, el honrar a los mártires y a los héroes, y al mismo tiempo no olvidar nunca a los verdugos, a sus cómplices, a los colaboracionistas en los países ocupados, quienes muchas veces ponían más fervor que los propios nazis en la persecución de nuestros hermanos, todo ello constituye un deber sagrado para nuestro pueblo (…) Desde la DAIA renovamos cotidianamente el compromisote denunciar a quienes pretenden retrotraernos a ese pasado horroroso, a los perversos negadores de la Shoá y sus aliados locales, a los justificadores del fundamentalismo terrorista que nos atacara en 1992 y 1994 aquí, en Buenos Aires, a los antisemitas que pretenden disfrazarse de de antisionistas, cómo si no fueran dos vertientes del mismo odio ancestral contra nuestro pueblo”.
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