En Budapest, Hungría, se reinició el juicio por crímenes de guerra contra un ex oficial nazi de 97 años de edad luego de que un consejo médico decidiera que está sano como para enfrentarlo.
Sandor Kepiro está siendo juzgado por su presunto involucramiento en la muerte de 35 personas en la ciudad de Novi Sad, al norte de Serbia, durante una persecución anti-partizana llevada a cabo por fuerzas húngaras en Enero de 1942 en la cual fueron asesinadas miles de personas.
El juez Bela Varga dijo al comienzo de la sesión que los exámenes médicos que él había ordenado la semana anterior probaban que Kepiro está física y mentalmente sano. Los doctores señalaron que si bien Kepiro necesita recurrir a la ayuda de audífonos, está en condiciones de comprender lo que está sucediendo.
Debido a la frágil condición de Kepiro, sin embargo, las sesiones de la corte se reducirán a un máximo de dos por día y de 45 minutos cada una de ellas. El juez agregó que se exigirán condiciones en la sala del tribunal que garanticen un ambiente de mayor serenidad, como por ejemplo, la restricción a la presencia de la prensa, para asegurar que no se incrementen los problemas de audición de Kepiro.
Elvira Fishl, una sobreviviente de 92 años de edad, todavía recuerda lo que ella llama “Gran Redada” de hace tanto tiempo atrás, de la cual ella es una de las pocas personas que quedaron con vida para atestiguar.
“De repente no quedaron allí más judíos”, dijo. Era el mes de Enero de 1942 cuando cientos de personas, incluido su amado hermano, fueron rodeados en Novi Sad por fuerzas húngaras aliadas con Alemania, y asesinados por ellos y arrojados a las heladas aguas del Rio Danubio. “Kepiro debe ser castigado a pesar de los problemas que dice padecer” agregó Fishl.
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