La Comisión Directiva de la AMIA, en una extremadamente corta sesión, decidió convocar nuevamente a la Asamblea Electora para el 7 de noviembre venidero.
De acuerdo a lo informado por el secretario general de la AMIA, el doctor Julio Schlosser, esa fecha fue consensuada con los principales referentes de las cuatro listas que participaron en la elección del pasado 10 de abril.
Si bien, como lo decíamos en nuestro comentario de la edición anterior “la continuidad de la AMIA no está en peligro”, la decisión tomada puede significar varias cosas, que - si bien no fueron expresadas - seguramente estuvieron presentes cuando el doctor Schlosser conversó con los diversos dirigentes, y que consideramos que deben ser analizadas, que es lo que intentaremos hacer a continuación.
Demora en convocar a la Comisión Directiva
Después de que la Asamblea Electora no pudo sesionar por falta de quórum el 12 de mayo, la decisión de volverla a convocar para el 29 de junio fue inmediata, es decir que la Comisión Directiva de la AMIA se reunió y decidió hacerlo a los pocos días de que no pudiera concretarse la designación de la nueva comisión directiva.
Eso no ocurrió luego de que se produjera una situación similar el 4 de julio, en la tercera reunión de la Asamblea Electora, debido a que en las dos primeras ninguna de las dos listas de candidatos para integrar la Comisión Directiva había sido votada por el 60% de los miembros de ese cuerpo, 54 representantes de asociados, sino que trascurrieron 16 días para que el tema fuera considerado..
Aunque no se brindó información oficial sobre que motivo esta diferente actitud por parte de las máximas autoridades de la AMIA, se sabía que el doctor Schlosser estaba haciendo las pertinentes consultas respecto a que se debía hacer ante esta insólita situación, nunca ocurrida previamente.
Es posible que otro de los motivos fuera el no interferir con los preparativos de la conmemoración del 17º aniversario del atentado a la AMIA y la serie de actividades que se llevaron a cabo además del acto central, entre los que se contaba la reunión de parlamentarios latinoamericanos que desde hace algunos años organiza el Congreso Judío Latinoamericano.
La decisión de la Comisión Directiva
Como el 19 de julio coincidía con el día del calendario hebreo 17 de Tamuz, es comprensible que no se citara a los directivos para ese día y se lo hizo para el día siguiente, miércoles 20. Las expectativas eran que previo a la decisión de que hacer, los directivos debatirían – en base a lo que había ocurrido – que debería hacerse: si convocar nuevamente a la Asamblea Electora o a nuevas elecciones como algunos dirigentes propusieron el pasado 4 de julio, luego que la Asamblea no pudiera funcionar por que faltó que un representante firmara el libro de asistencia.
De acuerdo a lo que pudimos averiguar no hubo debate, pues luego que el doctor Julio Schlosser informara que había consensuado con los principales referentes de las cuatro listas electorales convocar nuevamente a la Asamblea Electora para el 7 de noviembre, se aprobó esa propuesta y se dio por finalizada la reunión.
Quienes nos dieron la información de lo ocurrido nos dijeron también que la reunión fue extremadamente corta, y que lo que quedo en claro que esta es la última vez que se convoca a la Asamblea Electora, pues si esta nuevamente no puede cumplir con su cometido, designar entre sus miembros a los integrantes de la Comisión Directiva y a los Revisores de Cuentas, se ha de llamar a nuevas elecciones, posiblemente para el mes de abril del 2012.
Que esto haya ocurrido de la manera que ocurrió, que no se produjera ningún debate, demuestra que Julio Schlosser logró que en algo básico los referentes de las cuatro listas se pusieran de acuerdo: que era necesario un plazo prolongado antes de que la Asamblea volviera a ser convocada.
Por qué es necesario tanto plazo
Si bien desconocemos el tenor de las conversaciones que el doctor Schlosser mantuvo, teniendo en cuenta los comunicados que se difundieron luego del 4 de julio, nos imaginamos que las motivaciones de cada uno de los referentes fue distinta para aceptar que convoque a la Asamblea Electora para el 7 de noviembre, dejando un plazo de más de 100 días entre el momento en que se tomó la decisión y en el que los representantes de asociados deberán firmar, o no, el libro de asistencia.
Tanto para la primera minoría, el Bloque Unido Religiosos, como para la segunda minoría, Acción Plural, el plazo les servirá para continuar conversando con los diversos sectores que conforman la tercera minoría, el Frente Comunitario, a fin de tratar de sumarlos a su propio caudal.
Para el Frente Comunitario, luego de que el mismo se dividiera el 4 de julio respecto a si debían dar o no dar quórum, este plazo le es muy conveniente para que cada uno de los sectores que lo integraban - Avodá, Amia es de todos y dirigentes de instituciones sociodeportivas - puedan delinear su futuro.
Recordamos a nuestros lectores que el 4 de julio, los representantes de Amia es de todos decidieron dar quórum, mientras que los de Avodá y los dirigentes de las instituciones sociodeprotivas consideraron que no debían hacerlo, luego de lo cual estos últimos, en nombre del Frente Comunitario, emitieron un comunidad muy crítico a la decisión de Amia es de todos, en el cual dicen que esa agrupación dejó de integrar el Frente.
Según ciertos comentarios que escuchamos de dirigentes que nos pidieron expresamente no ser identificados, el motivo real es que nadie visualiza la posibilidad de un acuerdo inmediato entre el Bloque Unido Religioso y Acción Plural, pues ambos frentes consideran que le corresponde la presidencia de la AMIA, pero que con el paso de los días puede surgir algún hecho que modifique esta situación.
Quizás se refieran, si bien no nos lo dijeron, a que se produzca un caso similar al de Amia es de todos, por ejemplo que uno o más representantes decidan independizarse del resto de los integrantes de la lista por la que fueron electos y lleguen a un acuerdo individual con el frente al que no pertenecían.
También podría ser que prevean que una situación externa a la AMIA y la comunidad ocurra, y que eso los obligue a llegar un acuerdo.
Por otra parte, personas allegadas a los referentes de las cuatro listas electorales, nos plantearon que no era conveniente continuar con el desgaste institucional que significa que la Asamblea Electora no cumpla con su cometido, y que por lo tanto postergarla para después de los Iamim Noraim y Sucot podría descomprimir la tensión existente, y que si eso no ocurriera habría que convocar a la masa societaria a nuevas elecciones, en un período posterior a las nacionales.
Si bien todas estas explicaciones pueden tener algo de verdad, lo cierto que con la decisión de la Comisión Directiva de convocar a la Asamblea Electora para el 7 de noviembre, se demora la designación de la nueva Comisión Directiva de la AMIA.
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