Cuando tenemos horarios que cumplir, cuando comemos con frecuencia fuera de casa, muy tarde a la noche o muy temprano a la mañana, es fácil olvidarnos de cuán sencillo es controlar nuestra salud.
Los siguientes consejos son modos simples para reforzar su salud cotidianamente, ayudar a su metabolismo, mantener un peso saludable, mejorar las funciones cerebrales y empezar a sentirnos fuertes de adentro hacia fuera.
Empiece su día con un buen desayuno
Un buen desayuno es importante para mantener los niveles de energía y para ayudar al manejo del azúcar en sangre. Elija un desayuno sano que incluya:
-un elevado complejo de carbohidratos (cereales, frutas y vegetales)
-un alto contenido en fibras (granos enteros, pan de cereales, etc.)
- riqueza en proteínas (nueces, semillas, leche de soja, leche y yogures orgánicos, huevos, etc.)
-la provisión de grasas buenas (nueces, semillas, aceites sanos como el de oliva extra virgen, etc.)
No se quede sólo con el café
El exceso de café perjudica a su hígado, produce deshidratación (el café es un diurético) y aumenta el riesgo de irregularidades en el azúcar en sangre (la falta de energía por la tarde le resulta algo familiar?). El hígado es el órgano desintoxicante del cuerpo y si está sobrecargado aumentarán sus chances de enfermar, de sentir pereza o de aumentar de peso. Trate de disminuir la ingesta de café o elimínelo directamente. Hay muy buenas alternativas al café en el mercado. Usted puede satisfacerse con los tes de hierbas como el te verde, el ginseng, y el te de menta.
Manténgase hidratado
Esto es tan sencillo que alcanza con que lleve siempre con usted una botellita de agua. Cuente cuántas veces la vuelve a llenar. Ocho vasos al día, por lo menos, mantendrán altos sus niveles de energía, bajo su nivel de apetito, y agudo su nivel de concentración. Cuando estamos deshidratados nuestros cuerpos a menudo confunden esa sensación con la del hambre. No beba agua justo antes de las comidas ya que puede perjudicar la digestión; bébala 20 minutos antes y 30 minutos después. Trate de tomar agua a la temperatura ambiente ya que el agua fría incrementa la contracción gastrointestinal y lentifica la digestión.
Disminuya el consumo de productos refinados/envasados
La mayoría de los productos envasados están conservados con azúcar, exceso de sodio, estabilizantes y saborizantes y colorantes artificiales. Si usted no puede pronunciar ni uno sólo de los ingredientes: ¡deséchelo! Otro buen consejo: cuanto menos ingredientes, mejor.
Coma alimentos naturales, enteros
¿Cómo comían nuestros ancestros hace 100 años? Carne fresca, pescado, verduras, granos, nueces, frutas y semillas en primer lugar. Las comidas enteras son la clave de la buena salud.
Cuando cene afuera sea inteligente
Al elegir en el menú prefiera lo que dice horneado, asado , cocido, hervido o grillado. Haga lo posible para evitar las palabras frito, gratinado, escalopado, salteado, estofado, que son buenas indicaciones de que las comidas son ricas en grasas y calorías.
Limite la ingesta de alcohol
Por cada vaso de alcohol que tome, beba un vaso de agua. El alcohol deshidrata, disminuye sus inhibiciones y aumenta el apetito. Como regla general los hombres no deberían tomar más de dos tragos por día y las mujeres no más de uno. Las mejores alternativas son las cervezas de bajas calorías, una botella de agua mineral o simplemente agua con mucho limón. Nadie tiene por qué saber que su bebida no es alcohólica.
Evite todo lo blanco
El arroz, el pan, la pasta y las salsas. Las comidas blancas son todas procesadas y la buena fibra y los nutrientes están significativamente reducidos. Disfrute de panes de grano entero, pastas, arroz marrón y granos enteros como la quinoa, el couscous o el trigo entero. Prefiera las salsas de tomate o el pesto a las salsas blancas que están saturadas de grasas y sodio.
No coma tarde
Su metabolismo se lentifica por la noche. Comer antes de las 20 hs. permite a su cuerpo desintoxicarse antes de descansar y deshacerse del peso innecesario de los alimentos.
|
|
|