Según un informe reciente de la revista Forward, todas las corrientes liberales del judaísmo están en caída libre.
En los EE.UU., los desarrollos paralelos dentro de cada una de esas tres corrientes habla a las claras de la creciente crisis que existe en el judaísmo liberal. Y sus respectivos órganos centrales están tratando de convencer a las sinagogas de que se hagan cargo de sus presupuestos.
Aunque en 1990 el informe de Población Nacional Judía consideraba que el movimiento Conservador era el que reunía al mayor número de afiliados judíos, con un 43% del total, en tanto que en 2000 esa cifra descendió al 33%.
Desde entonces la afiliación siguió descendiendo. La United Synagogue of Conservative Judaism (USCJ) declaró que había perdido un 6% de sus congregaciones y un 15% de sus miembros.
“Nosotros estamos poniendo en conocimiento de la gente que ya no vamos a enviar cheques a una organización simplemente porque siempre lo hicimos”, declaró el rabino de Anshe Emet Synagogue de Chicago, quien es presidente de Hayom Coalition, la rama disidente de USCJ. El plan consiste en ampliar las márgenes de las sinagogas autoidentificadas como conservadoras incluyendo a minyanim independientes y pequeñas congregaciones no afiliadas la mayoría de cuyos miembros son personas jóvenes hasta tanto ubiquen nuevos parámetros religiosos para la “Asamblea Rabínica”.
El descenso numérico de las corrientes liberales ya fue anticipado en un artículo de 2006 que evaluaba el Informe sobre Población Judía y que se titulaba: “¿Sus nietos serán judíos?”.
Mientras que sólo el 7,8% de los judíos mayores de 70 años son ortodoxos, entre los 30 y los 69 años existe un 9,7% de ortodoxos, y entre los 18 y los 29 años, el porcentaje es de 19,5. Aproximadamente un 27% de todos los jóvenes judíos menores de 18 años están siendo criados en familias ortodoxas.
Si esta tendencia continúa, la ortodoxia capturará en los años venideros un mercado creciente.
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