El techo de la Casa de Rezos de Coro, que data del siglo XIX, no pudo soportar las inusuales y fuertes lluvias que cayeron recientemente en dicha localidad situada a cinco horas al oeste de Caracas, y colapsó. El sitio era utilizado para rezar por los primeros colonos judíos que llegaron a Venezuela en los años 1800 provenientes de la cercana isla de Curacao.
Herman Henriquez, el director nacional de la Fundación para la Preservación del Patrimonio Hebreo Falcon, ya había dado una advertencia acerca del avanzado deterioro en que se hallaba la estructura, y junto con el Centro para los Estudios Sefaradíes estaban buscando ayuda para apuntalar el edificio antes de que colapsara.
La Casa de Oración, tal como se denominaba a dicho lugar, fue descubierto por el Rabino Isidoro Aizenberg, un historiador de Judaísmo Latinoamericano, luego de revisar antiguos documentos en los que figuraba que los judíos se congregaban en la casa de la familia más antigua para rezar. Objetos sagrados, incluidos un arca para la Torá, fueron descubiertos en una habitación que coincidía con las descripciones que aparecían en los documentos.
Originariamente, la habitación tenía un piso de arenisca, una costumbre muy popular entre los judíos del Caribe.
Las lluvias torrenciales que se desencadenaron recientemente provocaron inundaciones y avalanchas de tierra, causaron decenas de muertos en toda la costa venezolana.
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