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Todavía quedan unos 20.000 judíos viviendo en Irán, según datos presentados por la Comisión de Inmigración, Absorción y Diáspora de la Kneset.
Según el informe, unos 47.500 judíos étnicos viven en todos los países islámicos, y en los últimos cinco años, unos 1.700 judíos han inmigrado al estado de Israel provenientes de países árabes.
En Teherán quedan 20 sinagogas. Más de 200 asistentes concurren a rezar a la sinagoga Joybar de Teherán utilizando libros impresos en hebreo y farsi. En el interior de la sinagoga los hombres usan kipot en tanto que las mujeres cubren sus cabezas con su hijab.
“Nosotros estamos seguros en Irán”, dice Rachel, “pero siempre tenemos que tener cuidado. No tenemos que acercarnos a los musulmanes. Si lo hacemos, sólo tendremos problemas”.
A los judíos se les permite tener un representante en el parlamento y se les confiere una corte judicial de familia especial. Pero cada vez que Israel eleva su retórica en contra de Irán, los judíos iraníes están en una situación de tirantez. Las tensiones ilustran una eterna lucha por distinguir el Judaísmo del apoyo hacia las políticas Sionistas de Israel.
“La policía secreta viene todas las semanas a la Asociación Judía y pregunta si algún musulmán ha intentado convertirse al judaísmo”, susurra Rachel, quien solicitó que se la mencionara con un seudónimo. “Ellos nos matarán si pasa; muchas personas están tratando de convertirse al judaísmo. Cada semana vienen unos cuantos. Nosotros siempre les decimos que se vayan”.
El Comité de Absorción de la Kneset recientemente se reunió para discutir cómo convencer a más judíos iraníes para que vayan a Israel. Los miembros de dicho Comité dijeron que muchos judíos aún permanecen en Irán debido a su situación financiera relativamente cómoda.
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