Niños y adolescentes maltratados, abusados, golpeados y/o abandonados existen en nuestra comunidad, aunque nos duela y nos cueste creerlo.
Estos fenómenos no son nuevos, existen desde hace infinidad de tiempo, pero las crisis económicas y sociales los potencian y algo que se inició a fines del siglo pasado en relación directa con algunos pocos casos concretos hoy es una reconocida ONG que presta una ayuda invalorable a la reinserción de niños y adolescentes que ingresaron a sus programas en plena situación de riesgo.
Nos referimos a Ieladeinu, un programa de Jabad Lubavitch Argentina, que tiene como propósitos: facilitar, promover e implementar intervenciones y acciones con el propósito de proteger a niños, niñas y adolescentes de la comunidad judeo argentina que padecen situaciones de malos tratos en cualquiera de sus formas y vulneración de derechos (Protección); a la vez que : diseñar e implementar acciones, estrategias y procedimientos accesibles y eficaces con miras a lograr la reparación de los daños causados por malos tratos y abusos en las niñas, niños, adolescentes y en sus familias, promoviendo que gocen del pleno ejercicio de sus derechos para que puedan ir logrando la mejor calidad de vida posible y un desarrollo pleno e integral en el marco de sus relaciones familiares y comunitarias (Tratamiento - Restitución de Derechos).
Para lograr estos propósitos que ha puesto los siguientes objetivos: Reparar los traumas ocasionados por la violencia; promover el desarrollo integral del niño, niña o adolescente y la restitución de sus derechos vulnerados; brindar ambientes de crianza satisfactorios; asegurar el acceso al sistema educativo y de salud; facilitar la integración familiar y comunitaria; propiciar la inserción laboral de los jóvenes; fortalecer y potenciar las capacidades de sus familias; difundir información que permita la prevención y detección temprana de situaciones de violencia y/o maltrato; y capacitar y formar profesionales especializados en el tratamiento de niñas, niños, adolescentes y familias víctimas de la violencia.
Cómo lo hacen fue un interrogante que nos surgió y entrevistamos al actual Director Ejecutivo de Ieladeinu, licenciado Marcelo Acsebrud, para que nos diera la respuesta.
Marcelo Acsebrud es un hombre joven, que promedia su cuarta década, casado con dos hijos que durante 12 años fue el director de la comunidad judía de Guatemala y que regresó a la Argentina hace 7 meses debido a que conjugaron dos situaciones, la primera que junto con su esposa Viviana decidieron que sus hijos necesitaban “una educación judía de calidad que tenía que ver con un crecimiento propio” y por otro que el Director General de Jabad Lubavitch Argentina, el rabino Tzví Grunblatt estaba realizando una búsqueda para cubrir la dirección ejecutiva de Ieladeinu.
T.J.: Marcelo ¿qué significa dirigir Ieladeinu?
M. A.: Dirigir Ieladeinu significa por un lado utilizar la mayor cantidad de herramientas de gestión, combinadas con creatividad; poder ser sensible a las necesidades de los chicos a los que se atiende y a las de sus familias también; coordinar el equipo de profesionales, que es grande e importante, para poder aprovechar todas sus capacidades.
T.J.: ¿Cantos profesionales forman el equipo de Ieladeinu y cuantos chicos son atendidos?
M. A. Estamos hablando de un promedio de 150 profesionales trabajando y se atiende en la actualidad a 280 chicos, de los cuales 80 viven en los cuatro hogares convivénciales. A estos se los cuida las 24 horas durante los 365 días del año, lo que significa que el cuidado es permanente y constante. Quiero aclarar que cuando hablo de profesionales me refiero tanto a los psicoterapeutas como a los caseros de las casas con convivénciales y el personal de mantenimiento. Los 200 chicos restantes siguen viviendo con sus familias, de los cuales parte de ellos vienen a centros de día, todo el día o después del colegio, donde tienen actividades especificas donde se trata de reparar aquello que les ha tocado vivir en su casa y otra parte tiene acompañantes terapéuticos que los asisten, no sólo por los chicos sino para que los padres bajen adquiriendo los conocimientos que les permitan modificar situaciones.
T.J.: Qué puede decirnos sobre la sede de Ieladeinu
M.A.: Mientras se construye el moderno edificio en la calle Tucumán al 3200, entre Agüero y Gallo, funciona en lo que era la Escuela Herzl, Tucumán 3177. Allí ha de funcionar todo lo que es asistencia social de Jabad Lubavitch: Ieladeinu, la Fundación de Jabad y todos los servicios que se brindan. Además Ieladeinu posee 4 hogares convivénciales, 2 centros de día.
T.J.: Cual es la relación de Jabad Lubavitch con Ieladeinu
M.A.: La relación es que Jabad fundó Ieladinu, y de alguna manera continúa marcando los lineamientos de pensamiento en cuanto los valores desde los cuales Ieladinu funciona y existe una estrecha relación con el rabino Grunblatt.
T.J.: Realizan algún tipo de tareas con los padres o familiares directos de los chicos.
M.A.: Existen talleres para padres. Estamos hablando de padres con los que conviven sus hijos, justamente para construir una convivencia que modifique la situación de riesgo y cuando los padres – realmente – asumen la responsabilidad de venir, participar, tomar todo lo que aprenden para aplicarlo en sus hogares se ven drásticamente las diferencias.
T.J.: Con los 280 chicos atendidos ¿está cubierto el universo o hay más casos que no pueden atender?
M.A.: Estamos casi con la capacidad máxima que podemos atender; hay chicos que están esperando ingresar y que esperamos que puedan hacerlo en los próximos meses y como en toda problemática habrá más casos de maltrato y de abuso que recién ahora se empiezan a hablar en el seno de las instituciones comunitarias y de a poco van apareciendo síntomas que se van reconociendo.
T.J.: Casos de drogadicción y alcoholismo, ¿atienden?
M.A.: Aparecen casos. Ieladinu no trabaja necesariamente con esos casos, pues Ieladinu trabaja en la protección de chicos cuyos derechos son vulnerados, lo que significa que fueron maltratados, abusados, abandonados; o que pertenecen a familias con padres negligentes, que no tienen pautas adecuadas de crianza y dentro de esos chicos, por supuesto, a veces vienen algunos que terminaron cayendo en las drogas o en el alcohol, en el trabajo infantil y se busca rescatarlos, pero no es la especialidad de Ieladinu y se los deriva a lugares y personal especializados.
T.J.: Qué ocurre con la forma de vida judía.
M.A.: Se busca que los chicos lleven una vida judía de observancia en el marco de los hogares y también de los centros de día. Se respeta Shabat, Jaguim, Kashrut; existen personas que van acompañando la educación de los chicos para que vayan aprendiendo judaísmo
T.J.: Los chicos ¿van a escuelas judías?
M.A.: Si los que pueden sostener una educación judía, es decir que pueden soportar un día completo de estudio integral, van a escuelas judías: Wolfsohn, Talpiot, Toratenu, Olei Jinuj. En cambio quienes no pueden hacerlo van a escuela del estado, que son de medio día y lo pueden aceptar. En definitiva depende de la capacidad del chico, pero en la medida de lo posible tratamos de que concurran a escuelas judías.
T.J.: Este programa necesita financiamiento, cómo lo logran
M.A.: El financiamiento proviene básicamente de donantes, lo que llamamos padrinazgo. Es decir que los donantes son padrinos que se hacen cargo de apadrinar a los chicos en los diferentes dispositivos del programa: hogares, centros de día, familias. Proviene también de lo que nosotros llamamos “tías”, donde cada hogar tiene un grupo de mujeres voluntarias que colaboran de manera permanente con mucho amor y entrega y se ocupan de que a los chicos no les falte nada. Tenemos otra área, que nosotros llamamos “almacén” que se encarga de proveer a los chicos, especialmente, todo lo que tiene que ver con la indumentaria, pero también útiles escolares, y demás cosas necesarias, por ejemplo protector solar para las vacaciones. Son gente muy, pero muy generosa que colabora con Ieladeinu.
T.J.: Para finalizar que desea agregar
M.A.: Ieladeinu es una institución incomparable con las otras que trabajan a nivel latinoamericano. Esto es así por la forma de trabajo, por el abordaje terapéutico, por la inversión que hace por cada chico: la relación profesional-niños, la cantidad de recursos que se asignan. De algo incipiente a fines de los años noventa, Ieladeinu creció hasta lo que es hoy, donde las instituciones derivadoras comienzan a enviarlos a nuestra institución. Otra cosa que tiene que quedar en claro es que temas de abuso, maltrato, abandono no necesariamente se dan en familias de bajos recursos. Si bien los primeros que se visualizan son las familias que viven de manera precaria cuando comienzan a entenderse que son los derechos del niño y que es el abuso, el maltrato, etc. se empieza a ver que se dan en familias con otros niveles de ingreso en general. También es algo que afecta a familias religiosas y por eso hay chicos que provienen de familias religiosas. Por último quiero invitar a que todos los que puedan se integren a la tarea de Ieladeinu, pues si bien en principio fue una creación de Jabad Lubavitch y del rabino Grunblatt para hacerse cargo de está problemática, es un responsabilidad de toda la comunidad judeoargentina. Estos son chicos de la comunidad y la responsabilidad de cuidarlos en lo cotidiano y sacarlos adelante es de todos.
Tribuna Judía le informa a sus lectores que quienes deseen mayor información sobre Ieladeinu, en especial en todo lo relacionado con el abordaje a la temática, pueden encontrarla en el libro “Matrato Infantil”, coordinado por Karina Pincever que con el auspicio de UNICEF y Jabad Lubavitch Argentina editó hace un par de años Lumen. Otra opción es consultar la página Web: www.ieladeinu.org
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