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Wolfsohn Centro Menahem M. Tabacini presentó su proyecto “Wolfsohn 3.0”, en una cena efectuada en el Tattersall de Palermo, el pasado lunes 29 de noviembre.
Ese proyecto que marca el inicio de una nueva etapa en la institución se base en tres ejes principales: importantes mejoras edilicias, desarrollo de nuevos proyectos pedagógicos y la ampliación de su programa de becas.
Wolfsohn Centro Menahem M. Tabacini es el actual nombre la institución educativa, la tradicional escuela David Wolfsohn del barrio de Belgrano, que a mediados del año 2004 se aconsejaba cerrar, y que al ser administrada por Jabad Lubavitch de Argentina desde noviembre de ese año no sólo mantuvo sus puertas abiertas sino que aumento ampliamente su caudal de alumnos que se hizo cargo hace unos años.
De acuerdo a la información brindada en el libro programa editado con motivo de la cena, que mencionamos más arriba y que Gustavo Dvoskin nos confirmó, en el 2004 la escuela contaba con un total de 125 alumnos divididos en 90 en la escuela primera y 35 en el jardín de infantes, en el 2010, su matriculación llega a 333 alumnos, 178 en la escuela primaria y 155 en el jardín de infantes.
Tribuna Judía se apersonó a la sede de Wolfsohn Centro Menahem M. Tabacini y entrevistó al director general del Colegio Wolfsohn, profesor Gustavo Dvoskin a fin de que explique dos cosas: primero, cómo se logró duplicar el alumnado de la escuela primaria y aumentar casi cuatro veces y medias el del jardín de infantes; y el segundo en que consiste exactamente el proyecto “Wolfsohn 3.0”
T.J.: Cómo está hoy la escuela respecto al 2004 y cómo se produjo este cambio.
Gustavo Dvoskin: La escuela está creciendo, y según la última estadística efectuada por la AMIA, la escuela Wolfsohn era una de las escuelas de la red escolar judías que más había crecido. Obviamente que el crecimiento de los primeros años es mayor que el de los siguientes, pero seguimos creciendo mucho y el jardín está cada vez más grande, que es en definitiva a donde nosotros apuntamos. Cuando entramos en la escuela primaria había 5 grados, en el 2011 vamos a tener: 2 primeros, 2 segundos, 2 terceros, 2 cuartos grados y 1 quinto, 1 sexto y 1 séptimo grado, es decir 11 grados y en el jardín tenemos 2 salas de 5 años, 2 de 4 años, 2 de 3 años, 2 salas de 2 y 2 salas de 18 meses. Yo soy un empleado de Jabad Lubavitch en la escuela con la shlijut, digamos, de ser el director general. Para las altas fiestas del año 2004, el rabino Shlomo Kisel pidió que le prestaran el salón, y a raíz de ese pedido surge la relación de un grupo de padres con Jabad de Belgrano. Eran días que la línea religiosa que estaba al frente de la escuela llama a una asamblea para decidir el cierre y que toda la comunidad escolar se traslade a otra escuela. Un grupo de padres dijo no, nosotros queremos hablar con el rabino Shlomo Kisel y ver que tiene Jabad para ofrecernos. El rabino se pone en contacto con el director general de Jabad Lubavitch Argentina, el rabino Tzví Grunblatt, quien acuerda en hacerse cargo, juntamente con el rabino Shlomo Kisel, de todo el proyecto educativo de Wolfsohn y toda la comunidad, del que se hace cargo el 1º de noviembre 2004 y comienza - luego de un período de un profundo diagnóstico – el proceso de cambio que hoy es evidente. Hacía falta “combustible” que ayudará en el proyecto y una persona, que hoy es parte de nuestro nombre e José Tabacini (un judío nacido en Colombia que vive en Miami) confió en la palabra del rabino Tzví Grunblatt y en el proyecto y puso una suculenta suma que permitió dar mucho más que el primer paso para la reconstrucción. En ese verano, 2004-2005, se ponen los dos edificios totalmente a nuevo en los espacios en donde funcionaba la escuela y todavía tenemos espacios para reformar. El rabino Grunblatt abrió esta escuela con una impronta ortodoxa, con una gestión ortodoxa y no ortodoxas que conforma un equipo homogéneos en cuanto a proyecto y objetivo, pero la impronta de la enseñanza y de la educación judía es ortodoxa. Comenzamos a construir, con seriedad, una escuela demostrando que avanzaba, que las cosas se hacían y lo que se decía se cumplía. Si bien en un principio hubo gente que dudo y algunos se fueron, luego comprendieron que acá no se “lavaba la cabeza” a nadie, que no había ni pensamientos obscuros ni segundas intenciones, sino que había una escuela con objetivos y misiones claros. Abrimos las puertas para todos los niños judíos que quisieran educarse en Wolfsohn, no se hizo discriminación con ningún niño judío, se entendió las dificultades económicas de la gente, se arrancó con valores accesibles y a partir de ahí se comenzó a construir una escuela y hoy estamos bastante bien posicionados.
T.J.: El Wolfsohn 3.0, ¿qué es?
G.D.: El Wolfsohn 3.0 es una “vuelta de tuerca”, es dar un salto cualitativo en excelencia académica, en infraestructura y en inclusión. La realidad es que si queremos seguir brindando una escuela de primer nivel, como pretendemos hacerlo, y seguir siendo inclusivos necesitamos reformular algunas cuestiones por qué si no se nos hace muy complicado. Por ejemplo no se puede tener dos docentes de ingles para 15 alumnos en primer grado y tener 10 chicos becados, por lo tanto estamos trabajando en los estímulos, consiguiendo fondo para becas. Estamos tratando de sistematizar el concepto de becas real de un tercero para un niño, haciendo un trabajo de tzedaká, justamente para poder garantizar a esos chicos la escolaridad. Mientras tanto, desde hace 6 años, nosotros recibimos un aporte muy significativo de Jabad Lubavitch, que se hizo cargo de esta escuela que aporta mensualmente, porque el rabino Grunblat y Jabad Lubavitch hacen un gran esfuerzo para que esto funcione.
T.J.: En lo edilicio, ¿qué tienen que hacer?
G.D.: Quedaron cosa sin hacer, y para el 2012 necesitamos aulas sino no podremos albergar a todos los chicos.
T.J.: Es sólo para la primaria o piensan también abrir una secundaria.
G.D.: Es solo para la primaria. Abrir una secundaria es otro tema. Nosotros tenemos, obviamente, el proyecto en términos generales, tenemos las ganas pero también sabemos que para un que proyecto de escuela secundaria sea viable tenemos que tener 2 cuartos grados del año 2011 que lleguen a séptimo, para tener un caudal de chicos suficiente para pensar en un número interesante de primer años.
T.J.: ¿Cuales son los proyectos educativos del Wolfsohn 3.0?
G.D: Uno, es un nuevo jardín maternal. Hemos recibido muchos pedidos de parte de la comunidad, incluso nuestro propio personal nos pide un jardín maternal para traer a los bebes. También armar un centro de recursos propios, es decir armar un espacio real de trabajo, donde nuestros docentes creen recursos didácticos propios. El equipo de docentes del turno mañana, el oficial, es muy bueno, pero no se le puede pedir que se queden a elaborar proyectos pues a la tarde van a trabajar a otro lado y lo que pretendemos es que en su lugar se queden en la institución creando proyectos, lo que nos va a permitir mejorar muchísimo lo que hacemos y, aparte, trabajar lo que llamamos educación curricular, es decir que un alumno necesita que se la haga un trabajo especial personalizado, eso es inclusión, que permita incluir al chico que es muy alto y no tenemos bancos para él, o al que necesita un ascensor porque no puede subir la rampa. ¿De quien es el problema? El problema es de la escuela. Cuando nosotros hablamos de inclusión no hablamos de cuestiones económicas sino de solucionar problemas. Nosotros queremos una institución de excelencia académica, inclusiva, obviamente judía, en Belgrano. Nuestra gran virtud es la inclusión. Nosotros queremos que nuestra escuela tenga niveles académicos similares a las mejores escuelas, acompañada por una enorme inclusión y una enseñanza personalizada de verdad, trabajando con cada niño, haciendo de cada niño lo mejor que pueda ser y al mismo tiempo con las más altas expectativas y logros académicos.
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