La OSA en conjunto con la Sociedad Hebráica Argentina organizaron un encuentro entre Daniel Gazit, embajador del Estado de Israel en Argentina, y miembros de la comunidad con la finalidad de que el diplomático israelí explicara el significado de la exigencia palestina del congelamiento de las construcciones en los asentamientos judíos de Yehuda y Sombron (Judea y Samaria) y el sentido del proyecto de “juramento de fidelidad al Estado de Israel aprobado por el gobierno de Biniamín Netanyaho.
Gazit afirmó, entre otros conceptos “Por primera vez desde que tenemos diálogo con los palestinos, 19 ó 18 años de negociaciones nunca pusieron condiciones para negociar ni pidieron que haya congelamiento de los asentamientos para sentarse a la mesa para negociar. Nunca lo pidieron hasta que llegó el momento en que Abu Mazen dijo no puedo, no quiero negociar si no congelan las construcciones en los asentamientos. Eso lo dijo después de un año y medio en que Biby Netanyahu es primer ministro y llamara a negociaciones una y otra vez sin obtener una respuesta.
Finalmente Biby Netanyahu hizo lo que ningún gobierno israelí hizo antes - sorprendiendo a todos afirmando que está a favor de dos estados para dos pueblos que vivan conjuntamente con seguridad uno al lado de otro - decretó el congelamiento por 10 meses. Pero recién después de 9 meses y una semana de que se decretó el congelamiento Abu Mazen aceptó negociar. Quedaban tres semanas, y pienso que en esas tres semanas ni Abu Mazen consideraba que se llegaría a un acuerdo de paz. Todo esto es una excusa.
¿Acaso los palestinos no quieren un estado y tener su independencia? Quieren un estado independiente, no me cabe duda. El problema es que no están en condiciones de negociar. Ellos están divididos, el Hamas tiene su gobierno en Gaza y el en territorio que está gobernada por Abu Mazen, él no lo domina completamente y por lo tanto no esta en buenas condiciones de firmar un acuerdo de compromiso con Israel y llevarlo al pueblo palestino diciéndoles ‘yo firmo un acuerdo con Israel y terminó el conflicto’. Lo considerarían un traidor.
Cualquier acuerdo con Israel significa compromisos de nuestra parte y de los palestinos también, , por ejemplo un acuerdo sobre Jerusalem y es claro para los palestinos que si no hay un compromiso de su parte que deje de lado la demanda imposible e ilógica de devolver a los palestinos toda Jerusalem, no habrá un acuerdo.
Esto es una cosa que Abu Mazen no puede llevar a su gente en la situación actual, después de la propaganda que han hecho todo el tiempo.
Entonces, cuál es la solución para los palestinos, no para los israelíes. La solución, si ellos quieren un estado, es llamar a la comunidad internacional, al Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, para que ellos dicten una solución forzada, no un compromiso con Israel ni negociando con Israel. Eso significa desde el punto de vista práctico que hay que demostrar a los Estados Unidos que los malos son los israelíes porque no congelan los asentamientos.
Todo el juego de entrar en las negociaciones está destinado a demostrar a los estadounidenses que quienes no quieren la paz son los israelíes. Si bien los estadounidenses no son tontos, entra en juego la opinión pública mundial.
Si toda la estrategia no es llegar a una solución de compromiso sino a una solución forzada, entonces la opinión publica mundial y la de los Estados Unidos tienen un rol muy importante y lo que intentan es demostrar que Israel es un demonio. Lo hicieron en Gaza, con la flotilla, llaman a comisiones jurídicas en todos lados y quieren demostrar que Israel es un criminal de guerra para que esos tribunales dicten un fallo diciendo que Israel tiene que evacuar todos los territorios, inclusive Jerusalem y dar a los palestinos su estado sin acuerdo con Israel.
Un acuerdo con Israel significa que los palestinos tienen que aceptar algunas de nuestras condiciones, que pondremos sobre la mesa pero que no son exigencia para negociar: que reconozcan nuestro derecho de ser un estado y que firmen que terminó el conflicto.
El fin del conflicto y reconocer el derecho del pueblo judío a tener un estado significa renunciar a toda la propaganda palestina de cien años: que la tierra es suya; que los judíos no son un pueblo – como dice el artículo 20 de la carta fundamental del Fataj que Abu Mazen es uno de los cinco fundadores – y por lo tanto no tienen ningún derecho a un estado.
El punto fundamental es que nosotros no tenemos ningún derecho, aunque existe el Estado de Israel, hubo muchas guerras y es aceptable tener acuerdos, como tuvieron con los cruzados, hasta que puedan eliminarlos.
Entonces el acuerdo entre palestinos e Israelíes, en está lógica, es solo una tregua., Dijo Mahoma, hay que hacer una tregua con el enemigo hasta que se tenga la suficiente fuerza para eliminarlo, en dos años, en diez años en cien años.
Nuestra posición es simple, un acuerdo con los palestinos no es un acuerdo de fronteras sino que acepten nuestros derechos, y eso les es muy difícil de aceptar y aunque Abu Mazen, por presión de los estadounidenses firme el fin del conflicto, el Hamas no lo va a aceptar y tampoco los palestinos a los que educaron que nosotros no tenemos ningún derecho sobre esta tierra.
Nosotros como israelíes, como judíos, estamos listos para hacer muchas concesiones, que duelen y ya lo probamos en Gaza, con Egipto, con Jordania y lo estamos haciendo, pero Abu Mazen demuestra que no tiene interés en negociar, sino sólo demostrar que los israelíes no quieren la paz, y de esta manera es difícil continuar.
Ahora me voy a referir al tema del juramento. Nosotros enfatizamos, por la resistencia del otro lado, que el carácter de Israel debe ser judío, que es el estado del pueblo judío en su tierra. Una cosa que los palestinos tampoco aceptan, que es nuestra tierra. Eso es lo que queremos porque significaría el fin del conflicto, el reconocimiento de que también tenemos derechos.
El juramento, aprobado por el gobierno pero todavía no definido por la Kneset, no se refiere a los ciudadanos existentes de Israel, ni a los árabes de Israel ni a los árabes que nazcan en Israel, solamente para los nuevos inmigrantes que no llegan por la Ley del Retorno.
Hoy en día hay dos maneras de ser ciudadano israelí además, lógicamente, de los que nacen en Israel o los hijos de ciudadanos israelíes que nacen fuera de Israel, inclusive ciudadanos árabes israelíes que viven fuera de Israel: nuevos inmigrantes que no son judíos o residentes que viven más de 5 años con permiso de trabajo y quieren tomar la ciudadanía.
Entonces, sí quieren vivir en el estado del pueblo judío deben jurar reconocer al estado judío democrático, porque queremos que sea democrático.
Es interesante que la negación total a este proyecto viene del mundo donde existe República Islámica de Irán, o la República Árabe Siria, o Libia que se llama Gran Jamahiriya Árabe Libia. Eso está permitido para ellos , pueden decirlo sin ningún problema, pero lo judíos no pueden decir esto.
El juramento de soberanía abarca a muy poca gente, que quieren de verdad instalarse en Israel y vivir y entonces aceptan el modo de vida de Israel”.
Concluida su exposición inicial el embajador Gazit respondió a una gran cantidad de preguntas, en su gran mayoría solicitando aclaraciones sobre los conceptos por él expuestos.
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