|
El pasado 21 de septiembre el Club Atlético Sefaradí Argentino - CASA, procedió a inaugurar sus nuevas instalaciones, citas en la zona de los parques de Palermo, en Av. Figueroa Alcorta 7101 de la ciudad de Buenos Aires.
Lo hizo mediante un acto al que asistieron en representación del Jefe de Gobierno de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, Mauricio Macri, el Secretario General de Gobierno, Marcos Peña; el ministro de Desarrollo Urbano, Daniel Chain y el Director General de Relaciones Institucionales, Claudio Avruj y una gran cantidad de dirigentes de instituciones de la comunidad entre los que se encontraban el presidente honorario de la Asociación Israelita Sefaradì Argentina – AISA, Shaul Sutton, acompañado por su esposa Luisa Sutton y sus hijos Berta y David Sutton y una muy importante cantidad de dirigentes comunitarios entre los que se destacaban el presidente de la AMIA, Guillermo Borger, el presidente de AISA, Elías Hamui; el presidente de Bnei Emet, Luis Nevaj; el Director de Jabad Lubasvitch de Argentina, rabino Tzvi Grumblatt; el vicepresidente de DAIA; Alberto Hammerschlag; el vicepresidente y el secretario de FACCMA, Daniel Belinky y Marcelo Aizenberg, respectivamente; el presidente de la Sociedad Hebraica Argentina, Oscar Olender; el presidente del Centro Educativo Sefaradí, Salvador Sarfati; el tesorero y prosecretario de la AMIA, Bernardo Zugman y Tomy Saieg, respectivamente; Ariel Cohen Sabban; David Fleischer; Joge Leicach.
El presidente de CASA, Alejandro Ohama, inició el acto agradeciendo a todos los presentes el estar presentes y expresando, sumamente emocionado, que estaba muy feliz y contento “por esto que fue un milagro, la reinauguración de las instalaciones del Club Atlético Sefaradí Argentino”, luego de lo cual se cortaron las simbólicas cintas y se colocó una Mesusa en la puerta de entrada al salón principal, descubriéndose a continuación alusivas a quienes fueron presidentes de la institución, a la comisión de obras, a los miembros de la Comisión Directiva que compró el actual predio del Club, entre otras.
AISA-Bnei Emet, el Centro Comunitario Sucath David y AMIA hicieron entrega de placas recordatorias del momento que se estaba viviendo, mientras que el Centro Educativo Sefaradí, entregó un libro que reseña la presencia de la comunidad sefaradí en Argentina, en el cual el Club CASA tiene una destacada participación.
El primer orador de la noche fue el secretario de Gobierno de la Ciudad, Marcos Peña, quien expresó “Es un gusto poder compartir está noche con ustedes, y transmitirles los saludos del Jefe de Gobierno, Mauricio Macri, y su agradecimiento por confiar en la ciudad de Buenos Aires por hacer estás magnifica obra, por apostar a la vida comunitaria, al deporte, en todo lo que está simbolizado en esta magnifica obra y sepan que cuentan con nosotros y que son siempre bienvenidos por el Gobierno de la ciudad para trabajar en conjunto y volver agradecer por lo que significa levantar una institución como lo han hecho, con tanto amor, cariño y esperanza, apostando por el país y su futuro”.
La conductora del acto, Romina Seltzer, dio lectura a continuación una carta enviada por el Gran Rabino de la Congregación Sefaradí Iosef Chehebar, que entre otros conceptos decía “Hago propicia estas líneas para expresar mi saludo con motivo de la inauguración de las instalaciones de CASA, adhiriendo a tan importante evento de la comunidad toda, y espero que con la ayuda del Todo Poderoso, CASA desarrolle de acá en mas una importante labor de apoyo al Kahal (comunidad) de índole social y deportiva, y que la misma produzca resultados positivos a corto plazo”.
También se leyó el texto de una carta de Israel Sutton ponderando la tarea realizada por los dirigentes que concretaron la obra que se estaba inaugurando y un texto de una familiar del primer presidente y fundador de la institución, Adolfo Leví.
Por último MarioSeltzer, vicepresidente y director ejecutivo del Club CASA, se dirigió a los presentes agradeciendo a todos los presentes por compartir la alegría de esta reinauguración, pasando a continuación ha historiar el proceso de diez años, que demandó – a un grupo de dirigentes - encontrar una salida institucional para la situación que atravesaba el Club, afirmando “El CASA no estaba en crisis, sufría un proceso de decadencia que en poco tiempo iba a terminar con la existencia misma de esta institución. Ahí, en medio de la obscuridad con un pequeño grupo de socios asumimos el compromiso con nuestro Club y está se convirtió en una causa sagrada: salvar a una entidad comunitarias”.
A continuación se refirió a “los desencantos” que tuvieron cuando iniciaron gestiones para regularizar la situación legal de los predios que tenían en el municipio de Vicente López para agregar “Pero no fue esto lo más grave, mucho más nos dolió cuando golpeamos las puertas de quienes dirigían instituciones centrales de nuestra comunidad en aquellos años del 2001/2002/2003. Encontramos respuestas como: ‘a quien le importa CASA, estamos muy ocupados, arréglense como puedan’; en cierta oportunidad escuchamos a un alto dirigente comunitario decir: ‘los turcos locos’, parece costumbre en nuestro país que quien pelea por una causa justa pasa a convertirse en un loco y a todo esto no pedíamos ayuda económica, simplemente queríamos que nos ayuden a encontrar una salida institucional y comunitaria. Nos respondieron con indiferencia, hasta parecía que inspirábamos lástima, cuando algunos dijeron querer colaborar solo querían llevar agua a su molino, para peor hubo algunos que ocultaban oscuras intenciones. En fin a dichos dirigentes no le afectaba en lo más mínimo lo que le pasaba al CASA; sólo dos personas nos recibieron, comprendieron y ayudaron, alentándonos a que continuáramos peleando, justamente fueron dos rabinos: el rabino Iosef Chehebar y el rabino Tzvi Grunblatt”
Para después afirmar “Duele recordar la desaparición del Hospital Israelita Ezrah, de la Universidad Hebrea Barilan, del Instituto Rambam, de 14 escuelas cerradas, etc. etc. El antídoto a esto es luchar, luchar y luchar por el legado recibido y por el futuro de nuestros hijos. El domingo pasado, apoyado en la baranda del primer piso, vi cintos de chicos, muchos de ellos con kipa y sentí que la vida me regala una sonrisa que quiero compartir con todos ustedes (…) Agradezco a Hashem por haberme guiado, por haber encontrado a estos hombres, a estos rabinos, por tener una mujer e hijos que me apoyaron siempre, por el orgullo que siento de ser judío”.
Finalmente el rabino Tzvi Grumblat fue invitado a decir una beraja y el presidente de AMIa, Guillermo Borger a dirigir el brindis inaugural, luego de lo cual se agasajó a los asistentes con un lunch.
|
|
|
