Las siguientes historias fueron extraídas del libro “Shemá Israel” en base a los testimonios de sobrevivientes del Holocausto, y muestran la entrega incondicional del pueblo judío a su legado ancestral.
Rosh Hashaná
Eliyahu
Siberia
En Pesaj comenzamos a preocuparnos sobre la forma en que conseguiríamos un Shofar para Rosh Hashaná. En Siberia no iba a resultar fácil…Por casualidad encontramos un granjero que estaba por matar a un carnero y nosotros lo convencimos de darnos uno de sus cuernos. Sin embargo, sabíamos que todavía nos quedaba un largo camino por recorrer; y lo más grave de todo era que no teníamos herramientas. ¿Cómo ahuecaríamos el cuerno? No teníamos ni siquiera un clavo ni mucho menos un taladro o una media caña.
Durante muchos días nos preguntamos cómo hacer para convertir ese cuerno en un Shofar. Incluso en la víspera de Rosh Hashaná seguíamos preguntándonos con gran preocupación cómo hacerlo, pero no encontrábamos ninguna forma de lograr nuestro objetivo.
¿Qué íbamos a hacer? Rosh Hashaná era al día siguiente. Hablando de los Días de Contricción, nuestros días eran ya bastante terribles por cierto. Y como si eso fuera poco, se nos vino a agregar otro problema más: nosotros teníamos un cuerno de carnero pero no teníamos ningún Shofar.
Nosotros entonces rezamos nuestras plegarias de minjá con mucho dolor en nuestro corazón, y empezamos a prepararnos para ma’ariv.
De repente, vimos a la distancia a un hombre que se acercaba a pasos acelerados. ¡El traía una bolsa con herramientas caseras! Era un vendedor ambulante que iba de pueblo en pueblo diciendo en voz alta: “¡Traigan sus objetos rotos y yo se los voy a arreglar!”
Corrimos hacia él como salvajes con nuestro cuerno de carnero en las manos y le preguntamos si él podía ahuecarlo para nosotros.
Luego de echarle una mirada contestó: “¡Por supuesto!”, y sacó un taladro de su valija.
Al parecer, no le resultó un trabajo difícil de hacer, puesto que en un instante él había creado un Shofar para nosotros.
El hombre aceptó algunas monedas que le dimos por su trabajo y se fue.
Cuanto más lo pensamos, más seguros estamos de que fue Hashem quien nos envió a Eliyahu el profeta para ayudarnos en nuestra hora de necesidad.
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