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Basada en las enseñanzas del Rambam
Pimientos rojos picantes
Cuando D”s creo las plantas, El les asignó a cada una su propia cualidad especial y su apariencia a fin de guiarnos para poder identificar qué planta tenía facultades nutritivas y/o curativas.
La “Doctrina de las Denominaciones” es una antigua sabiduría que enseña que la similitud entre diferentes plantas y algunos órganos del cuerpo indica que pueden ser útiles para ayudar o para curar al órgano que se les asemeja.
Un ejemplo clásico es el de la raiz del ginseng, que se asemeja a un cuerpo humano y que ha sido utilizado durante siglos como un tonificante general.
El color y el sabor también representan las propiedades medicinales de las plantas. Como sabemos, muchas plantas amarillas amargas ayudan a la vesícula biliar, cuyo fluído es amarillo y amargo.
El sitio donde crece una planta es también otro indicador del beneficio medicinal que puede otorgar, como en el caso del árbol de eucaliptus, que es bien conocido por secar los pantanos en los cuales está plantado; el óleo untuoso que produce es utilizado para secar la mucosidad y la congestión.
Los pimientos de Cayena, que son unas de las plantas de más antiguo cultivo en el mundo, es una de las mejores plantas para nutrir y curar el corazón y los vasos sanguíneos. Su color rojo asemeja la sangre; su forma tubular es similar a la de los vasos sanguíneos, y la terminación de su fruto –en punta- se vincula con su capacidad de distender el sistema venoso congestionado. También puede ayudar en casos de úlcera, asma, hipertensión, venas con várices, hemorroides, problemas cardíacos y muchas otras dolencias. Tanto si la comemos fresca como disecada, la Cayena nos provee de una excelente fuente de vitamina E, es rica en Vitaminas C, A y B, y también contiene Calcio, Fósforo y Hierro.
Como estimulante circulatorio, la cayena rejuvenece las arterias, venas y capilares, ayudándolos a recuperar la elasticidad. Asimismo elimina el mucus del cuerpo, equilibra la presión arterial y tonifica y reconstituye el corazón.
La Cayena también mejora en la persona la sensación de vitalidad y actividad y funciona como un excelente remedio sumamente efectivo para la depresión.
Es común que se piense que puede resultar dañina para el estómago, pero la Cayena es un estimulante gástrico y ayuda a la digestión dado que es un reconstituyente del tejido gástrico y un estimulante del peristaltismo.
Desde ya, la manera más sencilla de confirmar los beneficios de la Cayena es empleándola como un saborizador de los alimentos; no hace falta más que espolvorearla sobre la comida del mismo modo en que se usa la pimienta negra. Utilice una pequeña cantidad al principio, y después, a medida que se vaya acostumbrando a su sabor, aumente gradualmente la ración. Si quiere lograr una receta más exótica, pruebe usar salsa chili con tomates triturados, cebolla, ajo y pimienta chili de Cayena fresca. Este condimento tan sabroso y saludable es un excelente resaltador de sabor para cualquier comida.
Para la salud general y la sensación de bienestar, pruebe de a poco de tomar una cucharita de te de copos de cayena seca mezclada con una taza de agua caliente, tres veces al día. Agregue media cucharadita de genjibre a esa bebida y obtendrá un excelente remedio para aliviar la congestión y los resfríos. Otro modo de usarlo, para quienes tienen un paladar delicado, es en forma de cápsulas, 3 ó 4 diarias, de 500 mg.
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