Campo de Keluga, Estonia
El Sr. Kletzko, uno de los sobrevivientes, me contó lo siguiente:
“El rav del campo de Keluga se acercó a nosotros en erev Iom Kipur y nos dijo: ‘¡Yidden, yo les pido que no ayunen el Iom Kipur! Ustedes ya han ayunado a lo largo de todo el año. Hacerlo de nuevo sería muy peligroso…’
‘No se preocupen si comer puede ser visto como un pecado. Yo asumo la responsabilidad de decidir sobre la ley. Cuando yo llegue a la corte Celestial diré: Si hay algún pecado en estos prisioneros del campo de Keluga por haber comido en Iom Kipur, yo asumo por ellos la responsabilidad. Yo les ordené no ayunar. Yo les pedí que coman para que puedan sobrevivir a los terribles días que los esperan, para que quede un resto del pueblo de Israel…’”
Kletzko agregó que el propio rav ayunó secretamente todo el día.