Nuestros Sabios dicen que uno de los días más alegres del año es Yom Kipur. Es una Mitzvá, en la víspera del mismo, comer y tomar alimentos para que se aumente la alegría. Nos preguntamos ¿cómo es posible que precisamente en el día del arrepentimiento, donde deberíamos tomarlo con la máxima seriedad, se le consideren como un día alegre?
La respuesta se encuentra en nuestra Parashá, la cual menciona una lista de terribles desgracias que puede ocurrir, D’s no lo quiera. La misma Parashá señala que todas las desgracias mencionadas nos llegarán por no haber servido a D’s con alegría: “En trueque de no haber servido al Eterno, tu D’s, con alegría y con regocijo de corazón cuando abundaba todo”. (Deuteronomio:28; 47)
. Al leer dicho texto nos sorprendemos: ¿Si cumplimos con todos nuestros deberes, pero sin alegría, merecemos castigo? La respuesta es Sí!, porque la clave de la alegría es la palabra principio, inicio. El ser humano espera los principios, como por ejemplo: los niños cuando empiezan su nuevo año escolar están contentos, (lo cual cambia un tiempo después), o el campesino que disfruta de la nueva cosecha con gran emoción.
Nuestra Parashá comienza con la palabra Vehaiá que significa alegría, puesto que habla de la entrada a Eretz Israel, donde seguramente hubo alegría, y continúa con la Mitzvá de las primicias, donde se le otorgaba al Cohen la primera fruta, también con alegría.
D’s nos pide cumplir siempre con la Torá como si fuera el primer día de su entrega, con la misma emoción y el mismo entusiasmo de aquellos que la recibieron en el Monte Sinaí, y la razón por la cual nos pueden ocurrir las desgracias mencionadas en la Parashá, no es por el incumplimiento de los preceptos, sino por cumplirlos sin alegría, es decir, sin emoción y sin entusiasmo, cumplirlos no como si fuesen nuevos, sino como algo antiguo que ya pasó su tiempo y que lo seguimos conservando como parte de nuestra cultura nada más, en lugar de mantener el judaísmo fresco y vivo como debemos, más nunca apagado y dormido como si fuese una carga.
Con esto entendemos por qué Yom Kipur es un día de alegría, ya que es cuando hacemos Teshuvá, la limpieza espiritual, y nos sentimos como nuevos espiritualmente, siendo ese día de mayor alegría por ser el inicio de un camino nuevo.
Sin embargo, debemos recordar que para lograr esta alegría tan elevada, tenemos que empezar la preparación desde ahora, revisando nuestra conducta, meditando, reflexionando, arrepintiéndonos de lo malo, haciendo de aquí en adelante sólo lo bueno. Y una vez lograda la Teshuvá y la alegría del inicio en Yom Kipur, tenemos la obligación de mantenernos con la misma frescura y entusiasmo durante todo el año.
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