Científicos israelíes han desarrollado un chip implantable que envía una estimulación precisa para controlar enfermedades tales como la depresión o el Parkinson.
El aparato, según el Profesor Matti Mintz de la Universidad de Tel Aviv, es lo suficientemente flexible como para ser programado para atender enfermedades específicas. Por ejemplo, puede restaurar funciones perdidas del cerebro originadas en algún daño traumático cerebral por un accidente de auto o por un ACV.
El equipo reunió información respecto a la actividad cerebral gracias al uso de electrodos implantados en las áreas lesionadas del cerebro. Basándose en estos datos desarrolló algoritmos para simular la actividad neuronal sana y que fue programada en un microchip y reinsertada en el cerebro.
Por ahora, el chip, llamado ReNaChip (Rehabilitation Nano Chip) se conecta a pequeños electrodos implantados en el cerebro. Pero en cuanto se consiga reducirlos lo suficiente en su tamaño, serán introducidos directamente en los propios electrodos.
No obstante, para los fines terapéuticos, sólo los electrodos serán insertados en el cerebro.
“El chip mismo puede ser implantado simplemente debajo de la piel, como los marcapasos que se usan para el corazón”, declaró el Profesor Mintz.
Los investigadores dicen que el ReNaChip podría ayudar a las personas cuyo cerebro se ha deteriorado por la edad o está lesionado a causa de alguna enfermedad o accidente.
El chip no sólo ofrecerá un reemplazo biónico para la función cerebral perdida, sino que, en condiciones ideales, también podrá rehabilitar significativamente al cerebro.
“Actualmente estamos usando el chip para estimular conductas relativamente sencillas del cerebro”, dice el Profesor Mintz, “pero en unos pocos años más podremos lograr, en base a la tecnología que aplicamos, realizar un tratamiento de control para los casos de epilepsia que son resistentes a la medicación”.
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