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"Justos canten con alegría por causa de Hashem. Los integros son dignos de alabarte. Agradezcan a Hashem con arpa;con lira de diez cuerdas cantenle a El" Salmo 33, versìculos 1 y 2.
Desde los tiempos bìblicos se sabìa del valor que tiene para el ser humano la alegría, la risa (sana), y la sonrisa. También resulta obvio conocían los efectos de la música sobre nuestro cuerpo, corazón y cerebro, aunque en la tradición judía la música y las canciones se encuentran ligadas (y no es casual )en su orìgenes a la religión y a la Fe en el servicio a D'os.
Hoy por hoy, la medicina y los investigadores vuelven sobre un tòpico que ya era conocido por nuestros antepasados. En la busqueda de "lo que hace bien" o de aquello que es "terapéutico" tenemos que reconocer que estas "verdades" ya las recibimos con la Torá en Sinaì. En nuestro presente tenemos la ventaja que el adelanto en las investigaciones nos permiten confirmar y ratificar aquello que el salmista bajo inspiración divina ya nos había legado.
Si recurrimos al diccionario la alegría se define como un vivo gozo del ánimo que suele manifestarse con signos exteriores. Por otra parte la sonrisa, se explica como el acto de reír levemente. En este último punto es necesario agregar que la sola elevación de nuestras comisuras labiales (sea un acto espontaneo o aùn forzado), produce la liberación por parte de nuestro organismo de unas sustancias denominadas endorfinas u hormonas de la felicidad que tienen un amplio beneficio sobre nuestro soma o cuerpo y sobre nuestro espíritu. Esta demostrado cientificamente que las endorfinas poseen un efecto analgésico, son fuertes estimulantes de nuestro sistema inmunològico o defensivo, además de elevar nuestro humor o estado anìmico (combaten la depresión). También se ha demostrado que la sonrisa y la risa provocan un aumento de ciertos anticuerpos en los humores o liquidos corporales, tal el caso del aumento de la inmunoglobulina A en la saliva humana, lo cual es un indicador del efecto neto resultante de la alegrìa como factor defensivo y protector de nuestras mucosas que son puertas de entrada a todo tipo de infecciones ocasionadas por virus, bacterias y hongos.
Por último la música se explica como el arte de combinar sonidos de modo que deleiten el oido. Agregamos la música ligada a la melodía y a la armonía, y al concierto de instrumentos y voces. Nuevamente la mùsica y el canto produce liberación de endorfinas.
La música y el canto nos armoniza (la enfermedad es disarmonía), limpia nuestras emociones, nos otorga mayor apertura espiritual, calma y en otros casos nosda coraje.
Segun la psicóloga y cantante Ana Iannino de la Escuela Terapia del canto, el canto es el agua y el jabon de la mente que nos permite detener el diàlogo interior (en personas con rasgos obsesivos o que tienen ideas fijas, persistentes y molestas).
Por todo lo mencionado, estamos frente a un recurso terapéutico muy útil y beneficioso para el ser humano, y lo mas importante accesible a todos nosotros. Y lo fundamental, tanto la risaterapia como la musicoterapia no solo ayudan en la enfermedad, sino y también son recursos o herramientas de prevención para toda clase de patologías que puedan afectar tanto al espíritu, la psíquis, y el cuerpo de la persona.
En los libros bíblicos (Tanáj) hay muchos ejemplos y citas que podríamos aquì consignar, pero para no extendernos demasiado y seguir un orden, termino con el versìculo tres del salmo 33: "¡Cántenle una canción nueva, enaltezcan la melodía con sones emotivos!".
En definitiva, continuando la linea del Sabio y médico judío Maimónides, vemos en este tema otro ejemplo mas, donde Torà y Ciencia o Torá y Medicina lejos de contradecirse se complementan. D'os sabe lo que realmente es bueno para el hombre, y los médicos no tenemos otra consigna que la de trabajar por el bienestar de nuestro paciente y consultante. En esto consiste todo nuestro trabajo.
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