La acción de rezar es la forma más obvia y universal en que se refleja la relación del hombre con D”s.
La plegaria, en su forma más elevada y en su nivel más sincero, es considerada como un “servicio del corazón” (avodá she balev) y constituye una de las muchas formas en que se expresa el amor de D”s.
Si bien la plegaria, en su ideal y máxima expresión debería ser espontánea expresando en palabras lo que el corazón siente y la mente cree, la incapacidad de las personas de expresarse a sí mismas adecuada y completamente, llevó a Ezra y a los Hombres de la Gran Asamblea a “instituir las Dieciocho Bendiciones en el siguiente orden”. Las primeras tres contienen una plegaria a D”s; las últimas tres, el agradecimiento; las intermedias son plegarias y ruegos para las necesidades más escenciales de quien reza y de la comunidad. Ellas fueron puestas en los labios de cada uno y aprendidas para que los hombres que carecen del poder de articular un discurso puedan ofrecer un ruego de forma tan clara como aquellos que hablan en un correcto Hebreo.
Es por esta razón que ellos instituyeron todas las demás plegarias y bendiciones que adornan los labios de todo Israel, para hacer que cada plegaria esté disponible tanto para el tartamudo como para aquél que no está familiarizado con el lenguaje.(Leyes de Rezos; Maimónides 1:4)