En la parashá de esta semana, el Pueblo Judío se encuentra realizando los preparativos finales para entrar a la Tierra de Israel. Dos de las tribus, Reubén y Gad, han sido bendecidas con tal abundancia de ganado vacuno y de rebaños de ovejas que suponen que no tendrán suficiente espacio para pastorear en Israel. Así que proponen lo siguiente: En lugar de tomar nuestra porción regular de territorio dentro de la Tierra de Israel propiamente dicha, vamos a permanecer aquí (fuera de Israel) en la parte oriental del Río Jordán.
¿Cuál fue la reacción de Moisés frente a esta solicitud? ¡Él los reprochó duramente! Pero, ¿por qué? Moisés no estaba enojado porque ellos estaban eligiendo quedarse fuera de Israel, en realidad de esta manera ellos estaban ayudando a reunir chispas de santidad de todo el mundo. Por el contrario, Moisés estaba enojado ya que a la hora de hacer su solicitud, Reubén y Gad hicieron caso omiso de las necesidades de sus hijos de manera descarada, y sólo mencionaron las necesidades de su ganado. (Números 32:4)
Los dirigentes de Reubén y Gad entendieron la señal. Pero sólo hasta cierto punto. En Números 32:16, ellos se acercaron de nuevo a Moisés, y reiteraron su petición. Esta vez mencionaron a sus hijos, pero sólo después de mencionar a su ganado. Moisés nuevamente se molestó por la falta de prioridades que demostraron poniendo los negocios por delante de la familia.
Finalmente, después de un tiempo, ellos entendieron la idea. En Números 32:26, colocan todo en el orden correcto: la familia en primer lugar y los negocios en segundo lugar.
Exceso de Trabajo
Todos hemos conocido personas que trabajan horas extras para "darle a sus hijos algo extra", y al mismo tiempo arruinan la relación por no pasar suficiente tiempo con ellos.
Imagina el caso del Sr. Schwartz, banquero e inversionista de una importante empresa financiera de Wall Street. Él pasa la mayor parte de sus días tratando de alcanzar la meta de su vida, ganar 10 millones de dólares. Él y su esposa tienen tres hijos.
Un día, un rico filántropo llamado Sr. Cohen, quien desafortunadamente no tiene hijos, decide hacer una oferta muy generosa al Sr. Schwartz. Cohen le dice: "Usted está gastando su vida entera para ganar $10 millones de dólares, ¿no es así? Pero sus hijos están creciendo sin un padre. Usted sale a trabajar antes de que ellos se levanten, vuelve a casa mucho después de que ellos se han ido a dormir, y los fines de semana, usted acude al club deportivo para entretener a sus clientes. Así que le ofreceré el atajo más grande de su carrera financiera. Estoy dispuesto a ofrecerle $10 millones de dólares a cambio de los derechos de adopción de uno de sus hijos. A él no le faltará nada, la única condición es que usted nunca más podrá verlo ni sabrá nada sobre él".
¿Qué responderá el Sr. Schwartz? ¡Diez millones de dólares! Sin duda suena atractivo. Pero incluso él se da cuenta de que hay cosas en la vida que no tienen precio. El Sr. Schwartz mira al Sr. Cohen directo a los ojos y responde: "¡No hay trato!".
Diez millones de dólares. "El dinero no puede comprar amor". (Alguien debería escribir una canción sobre eso).
Vacaciones Familiares
Ahora imagina la escena. Schwartz acaba de rechazar los $10 millones de dólares. Él corre rápidamente a su casa, entra y ve a sus hijos jugando en el piso del salón. ¿Qué crees que hace cuando los ve?
Con lágrimas en sus ojos él se abalanza sobre ellos, le da a cada uno un abrazo y un beso, y dice: "¡Ustedes valen más que todo el dinero en el universo!".
Luego, se detiene un momento, y finalmente se da cuenta: "¿Donde he estado todo este tiempo?, ¡no los he visto crecer! Tengo algo en casa que vale más que todo el dinero del mundo y estoy trabajando tan duro que apenas puedo pasar con ellos una hora a la semana".
Entonces, ¿qué hace Schwartz? Llama a la oficina y anuncia que va a tomar dos semanas de vacaciones. Envía a las empleadas domésticas y a las niñeras de vacaciones también y se prepara para pasar dos felices semanas con sus hijos.
Después de luchar durante una hora para abrir el cochecito del bebé, Schwartz finalmente llega al parque. Él y los niños pasan un agradable momento. Pero luego viene la cena, el baño y la lectura antes de dormir. Después de soportar la guerra de comida, las inundaciones en la bañera y un sinfín de cuentos, Schwartz se desploma en el sofá, mira a su esposa y le dice, "Tal vez fui un poco apresurado con respecto a las vacaciones. Tú sabes que tengo un montón de responsabilidades en el trabajo...".
Schwartz está cometiendo un grave error. Más que los "presentes", los niños necesitan nuestra "presencia".
Tu dinero o Tu Vida
La Torá nos dice que debemos recitar la oración del "Shemá" dos veces al día. En ella está escrito: "Y tú amarás al Señor tu Dios, con todo tu corazón, con toda tu alma y con todos tus recursos".
Generalmente la Torá presenta una serie como una progresión de lo más fácil a lo más difícil: Ama a Dios emocionalmente ("corazón"), incluso entregando tu vida si fuese necesario ("alma"), e incluso ¡entregando también tu dinero!
Sin embargo si esto se trata de una progresión, entonces, ¿por qué fue ordenada de esta manera? ¡¿Acaso realmente existen personas que consideran el dinero más importante que la vida misma?!
Y la respuesta es sí. El Talmud habla acerca de alguien que camina a través de un campo con espinas, y arremanga sus pantalones para evitar que se dañen. Por supuesto, las piernas de la persona reciben todos los cortes y rasguños, ¡pero por lo menos salva sus pantalones!
Una vez tuve que pasar la noche en Nevada, EE.UU., en donde las apuestas son legales y cada hotel tiene un casino. Fui hasta la habitación del hotel y quise abrir la ventana para disfrutar del aire fresco. Pero la ventana no se abría. Pensé que estaba atascada, así que empujé cada vez más fuerte. Por último pregunté: "¿Cuál es el problema con esta ventana?".
Me dijeron que las ventanas en este hotel estaban especialmente diseñadas para que no se abrieran. De esta manera, las personas que perdían dinero apostando no caerían en la tentación de saltar por la ventana para suicidarse.
Prioridades...
La Lección es Clara
En nuestra parashá, después de viajar por el desierto durante 40 años y después de enfrentar innumerables pruebas y tribulaciones, el Pueblo Judío está del otro lado del Río Jordán, listo para entrar en la Tierra Prometida. Sin duda uno de los momentos decisivos de la historia judía.
Pero Reubén y Gad dijeron que preferían tener buenas tierras para pastorear que entrar en Israel.
Habían llegado muy lejos, pero sólo era la mitad del camino. Cuando realmente importó ellos se distrajeron con las cosas materiales.
El Talmud dice que más tarde, cuando Reubén y Gad vieron la buena vida en la Tierra de Israel, lamentaron su decisión. Pero la historia tiene un final aún más triste: cuando el rey Asirio Sanjereb exilió al Pueblo Judío durante la época del Primer Templo, las primeras tribus que fueron conquistadas y expulsadas fueron, lo has adivinado, Reubén y Gad.
A todos nos sucede de vez en cuando. Objetivamente, nosotros podemos saber nuestras prioridades. Pero a veces nos distraemos.
Que tengamos la fuerza y la claridad para conectar nuestro corazón con nuestra mente, y que de esta manera seamos capaces de actuar en función de lo que intelectualmente sabemos que es correcto.
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