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En una irónica voltereta de la Divina Providencia, el país que Stalin les había ofrecido a los judíos como un modo de eliminar el Ydishkeit, está experimentando un retorno de sus judíos al judaísmo.
La Región Judía Autónoma, una provincia rusa autogobernada, situada en una zona aislada que se encuentra arriba de Siberia, a 6.000 kilómetros de Moscú, recientemente celebró su 75º. Aniversario y también festejó una explosión de Ydishkeit.
Este distrito tan anómalo fue creado por José Stalin en 1934 “para el establecimiento de los trabajadores judíos”. Aunque en apariencia se trataba de un gesto de generosidad, en verdad su finalidad era dejar aislada una amenaza doble para la filosofía soviética: la del Judaísmo y la del Sionismo.
La naturaleza judía de esa provincia se expresaba tan sólo a través de la cultura secular en Yidish. El Yidish fue adoptado como lengua oficial, y aún hoy en día se puede observar su presencia por doquier: en los carteles de los comercios, en documentos oficiales del gobierno, e incluso en el diario local.
Muchas de las calles de la capital de la región, Birobidzhan, recibieron el nombre de personajes judíos famosos, dándonos así la única calle principal del mundo que se llama Shalom Aleijem. Pero el judaísmo auténtico estaba prohibido, y pronto cayó en el olvido.
En el año 1939, había más de 18.000 judíos viviendo en la región. Pero las infames purgas del stalinismo, que ejecutaron a muchos líderes judíos y expulsaron a muchos otros, redujeron notablemente la población.
Cuando se produjo el colapso de la Unión Soviética, en 1989, miles de judíos de Birobidzhan emigraron hacia Israel, permaneciendo en el lugar un número estimado de 3.000 judíos –sólo el 10% del total de la población. Daba la sensación de que el perfil judío de la región lentamente fue desapareciendo lo mismo que los propios judíos.
Eso fue así hasta hace poco. En la actualidad, la calle Shalom Aleijem se convirtió en el nuevo centro de la vida judía: la sinagoga de la ciudad, un bello edificio levantado en el año 2004 para la celebración del 70º. Aniversario de la región, y sorprendentemente, construido parcialmente con los fondos provistos por el estado ruso, es el más importante de acuerdo con la Federación de Comunidades Judías.
La sinagoga está a cargo del Rabino Mordejai Sheiner, un shaliaj que llegó de Israel en el año 2002, y que actualmente es el gran Rabino de Birobidzhan. Al poco tiempo de su inauguración la sinagoga fue bendecida por un nuevo sefer Torá, donado por el hombre de negocios y filántropo israelí Lev Levaiev.
La comunidad cuenta hoy también con una escuela judía diurna, con shiurim regulares, e incluso con una panadería casher.
Rabi Sheiner declaró: “la vida judía está volviendo a florecer, tanto en cantidad como en cualidad”.
Seguramente Stalin se debe estar revolcando en su tumba.
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