SHABAT
La mitzvá de encender las velas del Shabat es uno de los siete mandamientos rabínicos que nos satisface cumplir, además de los 613 preceptos bíblicos.
Hay innumerables razones sobre porqué nuestros Sabios lo ordenaron. Entre ellas: porque el encendido de las velas ilumina el hogar, abriendo así el espacio para el espíritu del Shabat, y en consecuencia, ayudando a complir con la mitzvá de honrar y disfrutar del Shabat.
Además, el Talmud nos dice que el encendido de las velas del Shabat lleva paz al hogar. La razón que se da es que la luz previene que alguien tropiece en la oscuridad y se lastime.
Esto también puede entenderse en un sentido más profundo. Las velas del Shabat, puesto que son la luz de una mitzvá, iluminan el hogar con la luz de la Torá, permitiendo que cada miembro de la familia camine seguro en la oscuridad a lo largo del camino de la vida, que está lleno de obstáculos con los cuales uno puede tropezar espiritualmente.
Nuestros Sabios también nos dicen que la luz más tardía que se iniciará en la Era del Mesías será introducida por medio de esta hermosa mitzvá:
“Si tú observas el encendido de las velas del Shabat, Yo te mostraré las luces de la redención de Sión”.
EDUCACIÓN
“Y les enseñarás a tus hijos…(palabras de la Torá)” Deut. 11:19
La palabra hebrea que corresponde a educación es jinuj. Ella no significa simplemente “escolaridad”. Literalmente significa “consagración” y se refiere a entrenar a un niño para la vida, no sólo para contar con un medio de vida.
Los primeros objetivos de la educación de los niños judíos son: 1) transmitirles los valores morales y éticos de la tradición judía; 2) alentarlos a un hábito de observancia activa de los mandamientos de la Torá (las mitzvot); 3) transmitirles el conocimiento de la Torá y de las fuentes más importantes; 4) crear un fuerte sentimiento de identificación y una preocupación por todo lo concerniente al pueblo judío.
Sólo después de estas metas es importante incorporar también el conocimiento necesario y el entrenamiento para saber cómo ganarse la vida.
Los padres judíos que sólo se preocupan porque sus hijos adquieran una educación secular que les garantice una carrera exitosa están, de hecho, dándole importancia sólo a una pequeña parte de la educación global requerida por la tradición judía.
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