Bogomila siempre había sospechado que su madre guardaba un secreto. “Siempre se mostraba temerosa”, dice, “mi esposo decía tu madre tiene miedo hasta de su sombra”.
A finales del año pasado la madre de Bogomila, de 67 años de edad, finalmente reveló su secreo. Ella había sido una niña judía salvada del Holocausto. De repente, a los 37 años, Bogomila se dio cuenta de que ella también era judía.
“Me sentí shockeada”, admite, “esa noche no pude dormir nada y no pude comer durante dos semanas”.
Quien realizó el informe es un reportero de la BBC News. El cuenta que hizo el reportaje a madre e hija en el centro comunitario judío de Lublin; antes de la segunda guerra mundial vivían en esa ciudad más de 40.000 judíos, pero el Holocausto cambió todo. “Toda mi familia fue asesinada por los nazis”, dice Barbara. “Yo sobreviví porque una familia polaca aceptó ocultarme. Al crecer me di cuenta de que mi “madre” polaca no era mi verdadera madre. Ella era muy anciana. Cuando tuve 12 años me contó la verdad”.
Barbara demoró todo ese tiempo en contarles a sus hijas su historia debido a que tenía un marido católico y él no quería que las hijas supieran. A la familia del marido no le gustaban los judíos y él no quería que las chicas tuvieran problemas. Barbara dice haber tenido problemas de chica, que la hacían sentir diferente.
Actualmente los judíos de Polonia siguen sufriendo abusos. El presidente de la unión de comunidades judías de Polonia, Piotr Kadlcik, declara que “no se lo podría llamar antisemitismo. Es más bien como una sensación de disgusto ante los judíos. Lo que preocupa es cierto nivel de blandura por parte de la oficina del procurador en cuanto a condenar delitos, saludos nazis y actos de vandalismo contra cementerios judíos”.
Barbara admite que nunca había planeado revelar su secreto, pero que la insistencia de su hija preguntándole sobre su pasado la forzó a cambiar de idea. Bogomila bombardeó a su madre con preguntas referidas a sus ancestros. Ella quería desesperadamente saber más sobre su familia.
Luego del impacto inicial al descubrir que era judía, Bogomila afirma sentirse “muy feliz” con su nueva identidad. Incluso se inscribió en un curso de estudios judaicos en Lublin. Ella asiste a la pequeña ceremonia de Shabat del centro comunitario, y recientemente visitó el campo de prisioneros de los nazis Sobibor, donde un cuarto de millón de judíos fueron asesinados en cámaras de gas.
Bogomila tiene dos hijos pequeños a los que dice que le gustaría contarles, pero todavía no se anima. Dice que a su suegra no le gustan los judíos y que incluso la abuela de su esposo odia a los judíos.
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