Una actividad más social que política
El Tercer Seder de Avodá, se constituyó, a lo largo de varias décadas en el acto político interno de la comunidad por excelencia, pues en base a quienes eran los dirigentes de otros factores ideológicos de la comunidad que asistían se podía vislumbrar cuales serían los acuerdos que se llevarían a cabo para designar a la comisión directiva de la AMIA o de la OSA, o como se encolumnarían los “partidos” en la elección de las autoridades de la DAIA.
La presencia del embajador del Estado de Israel, y sus palabras, eran una parte insoslayable del programa de la noche, como también el discurso que pronunciaba el presidente de Avodá de Argentina, en el cual planteaba los objetivos del movimiento para el “año de actividad comunitaria” que se estaba iniciando.
Independientemente a las críticas basadas en que los sedarim de Pesaj son sólo dos en la Golá, y de que se leían textos de la Hagada, se realizaban bendiciones que no correspondían, es decir las transgresiones halájicas que se efectuaban, era imposible desconocer la importancia que tenía esta actividad para la política interna de la comunidad.
Con el paso de los años, las cosas fueron modificándose, y de las 300 a 400 personas que asistían en los ’80 y ’90 del siglo XX, en los últimos años esa cantidad se redujo a menos de la mitad, siendo cerca del 25% de esa cantidad los invitados por ser dirigentes de otros factores o por integrar las comisiones directivas de las instancias centrales.
En el efectuado este año, la noche del pasado 8 de abril, no se hizo presente nadie representando al Estado de Israel, y si bien es cierto que el embajador Gazit había regresado ese mismo día luego de haber pasado Pesaj con su familia en Israel, tampoco concurrió quien lo secunda en la representación diplomática israelí en Buenos Aires.
Las instancias centrales comunitarias: AMIA, DAIA y OSA, estuvieron representadas por sus presidentes: Guillermo Borger, Aldo Donzis y Carlos Frauman respectivamente, acompañados por algunos miembros de sus mesas directivas, pero lo que llamó la atención fue la presencia de los principales referentes de Plural JAI: Luis Grynwald, Raúl Stolarza, José Adaszko y Leonardo Feiguin.
Pablo Reisman, el presidente de Avodá de Argentina, luego de mencionar cuales son los principios básicos del movimiento: continuidad judía, levantar las banderas del pluralismo religiosos, la unidad del pueblo judío, propender a la asociación abierta y apoyo, de toda la comunidad a las instancias centrales manifestó que tienen “cómo límite ético/ideológico la defensa de la pluralidad cultural dentro del judaísmo y la centralidad del Estado de Israel en la vida judía”, se refirió al permanente reclamo de justicia y la necesidad de esclarecimiento de los atentados a la Embajada de Israel y la AMIA.
Aunque no es novedoso que Avodá de Argentina levante “las banderas del pluralismo religioso”, pero que lo haga en estos momentos, y en la forma en que se lo hizo, cuando Plural JAI ha tomado esa postura, podría interpretarse como una manera de intentar no quedar descolocado ante aquellos que desconociendo u olvidándose de los principios básicos del judaísmo, el respeto a la Torá y las leyes de ella emanadas, pretenden un despropósito: asegurar la continuidad judía propulsando la aceptación de no judíos en la comunidad.
Teniendo en cuenta la cantidad de asistentes y el porcentaje de invitados que escucharon ese mensaje que lleva implícito la marcha hacía la asimilación y la pérdida de los valores que hicieron perdurar al pueblo judío a través de miles de años, es lógico evaluar esta actividad como un hecho social y no como uno político.
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