La letra dalet es la cuarta letra del alfabeto hebreo. Su valor numérico es el cuatro.
Dalet es la letra que viene después de guimel, que representa gomel (generosidad). Daled representa dal (pobre). Ligar ambas letras, guimel y dalet, es un símbolo celestial de ser generoso con los pobres. La provisión cotidiana del alimento y la manutención demuestran la generosidad de Hashem hacia la especie humana. El obsequio de la Torá es un “viento espiritual” que alimenta el alma.
No es necesario que una persona no esté dotada financieramente para ser considerada “pobre”. Ayudar a un amigo dándole cariño y consejo es una forma más de ayudar a quienes menos afortunados son. Uno de los elementos fundamentales del Judaísmo es “Ama a tu prójimo como a ti mismo”.
Cada miembro de nuestro pueblo representa una letra en la Torá. Crear la unidad entre nuestros pares es una forma de reunir a todas las letras de la Torá. La unidad es una herramienta necesaria para reunir a toda nuestra nación. Demostrar generosidad y sensibilidad hacia nuestros semejantes es un instrumento que hemos heredado de nuestros ancestros. Alimentar a los menos afortunados es una forma de ligar a todas las letras de la Torá.
Desgraciadamente, a veces uno llega al límite de su capacidad de asistir al semejante. Usar una plegaria, que es el instrumento más poderoso, es un modo de entregarse a Hashem. El concepto de plegaria constituye también un aliento espiritual hacia el cielo.
“Una cadena es tan fuerte como su eslabón más débil”. Alguien que ocasiona peleas y enfrentamientos hace que las letras de la Torá se desunan. A causa del odio injustificado las letras de la Torá dejaron de tener el lugar correcto. El resultado de la pérdida de los lazos provocó la destrucción del Templo y un doloroso exilio de 2.000 años. En dicho exilio la nación resultó disperasada a los cuatro punto cardinales del globo terráqueo. Generar hospitalidad y generosidad hacia los menos afortunados hace que la cadena se fortalezca y que los lazos se vuelvan a restablecer.
Hashem creo los vientos como una forma constante de recordar la generosidad de Hashem hacia el ser humano. Los vientos soplan en todos los rincones del mundo. Los vientos llegan como una suave y confortable brisa, o como un tornado o un huracán. Los tornados y los huracanes son expresiones de Su poder.
Los vientos que soplan en la naturaleza representan la generosidad de Hashem hacia la especie humana. Los vientos son uno de los varios agentes de Hashem. El viento es responsable del nacimiento de un árbol. El viento transporta densas nubles que se convertirán en lluvia y caerán en un determinado punto de la tierra. A partir de una pequeña semilla crecerá un árbol de frutas. Los vientos espirituales de la Torá pueden expandirse y llegar hasta und eterminado punto del alma de cada uno, generando el crecimiento de árboles de espiritualidad.
Difundir la Torá y la espiritualidad es la manera más efectiva de alimentar un alma hambrienta. En los últimos años, algunos líderes comunitarios establecieron un sitio web llamado LearnTorah.com al que ingresaron miles de lectores pudiendo acceder a conferencias dadas por un grupo de rabinos. Desde ese lugar se difunde la Torá hacia los cuatro puntos cardinales de la tierra. Cualquier persona puede presenciar en vivo una conferencia o editar una copia impresa de la misma, aunque esté en un avión volando hacia la China. Con el fin de cambiar la dirección del mundo, Hashem le ha dado al hombre la teconología como herramienta para promover los molinos de viento espiritual de la Torá.
Uno debe apelar a sus mejores recursos para promover la paz y la armonía entre los semejantes. Tengamos fé y roguemos que Hashem siembre molinos de viento espiritual de la Torá en nuestras almas y que nos reúna, desde los cuatro puntos cardinales del planeta, para que podamos ver la reconstrucción de Jerusalem en nuestros días.
Amén.
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