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¿Es posible creer seriamente en negociaciones de paz cuando las noticias en Israel están todas referidas a la necesidad de responder a los ataques terroristas así como a la necesidad de construir un muro que evite que haya quienes se infiltren en Israel, incluídos los terroristas?
Por más que constantemente estemos presionados para que aceptemos mantener negociaciones de paz, las últimas noticias parecen tener más que ver con la guerra que con la paz.
Recientemente hemos sido informados acerca de una escalada de violencia en el sur de Israel.
Al comenzar una reunión de gobierno días pasados, el Primer Ministro Netanyahu informó que la semana anterior más de 20 cohetes y proyectiles mortales fueron arrojados desde la Franja de Gaza hacia Israel, y que Israel respondió inmediatamente. Los cohetes y los proyectiles cayeron en la zona occidental del Neguev y en la ciudad de Ashkelon. En respuesta a ello, la Fuerza Aérea de Israel bombardeó numerosos objetivos a lo largo de la Franja de Gaza.
El Primer Ministro lanzó una fuerte advertencia; él dijo que continuaría reaccionando con presteza a los ataques con cohetes.
Resulta muy difícil explicar cómo es posible que podamos ser presionados para seguir teniendo negociaciones de paz cuando al mismo tiempo han aumentado los ataques con cohetes y con proyectiles contra Israel.
En esa reunión de gobierno, el Primer Ministro Netanyahu dio su conformidad a la construcción de una muralla de seguridad a lo largo de toda la frontera con Egipto. La misma costará más de un billón de shekels, y llevará dos años construirla.
Hasta ahora, las murallas de seguridad con que cuenta Israel lo separan de Siria, Líbano y Jordania. Según informa la policía, cada semana, entre 100 y 200 infiltrados logran entrar a Israel desde el sur. Entre ellos, muchos ingresan con drogas y armas para comercializarlas, y algunos de ellos son terroristas. En un período de tiempo, decenas de miles de infiltrados logran penetrar en Israel desde la frontera sur, llenando el país de inmigrantes ilegales, la mayoría de ellos provenientes de diversos países de Africa.
El plan para defender la zona del sur de Israel implica la construcción de un muro y el despliegue de artefactos tecnológicos. Las primeras etapas se llevarán a cabo al sur de la Franja de Gaza y al norte de Eilat.
En estos días también se reunieron los oficiales del ejército de Israel para debatir acerca de un futuro conflicto con Hamas en el cual Israel se vería obligado a tomar el control sobre el corredor Filadelfi, al sur de la Franja de Gaza, que en toda su extensión contiene cientos de túneles a través de los cuales se realiza el contrabando de armas.
Los expertos del ejército de Israel creen que desde que finalizó el operativo Plomo Fundido hace aproximadamente un año, Hamas ha logrado aumentar enormemente su capacidad ofensiva militar.
Nuestros expertos militares predicen que habrá otra guerra contra Hamas en la Franja de Gaza.
En vista de todas estas noticias que hablan a las claras de la guerra, ¿cómo es posible que tantos países continúen presionando a Israel a aceptar las así llamadas “negociaciones de paz”?
Yo lamento tener que dedicar este artículo a un asunto como éste, en el cual existen tan pocas esperanzas de que haya reales conversaciones de paz en un futuro cercano.
¡Que Hashem nos ayude!
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