Las líneas nítidas y los trazados rectangulares rojos lucen como cualquier diseño arquitectónico típico, pero las iniciales manuscritas H.H. —pertenecientes al jefe de las SS nazis Heinrich Himmler— indican lo que representan los dibujos: barracas de madera, cámaras de gas y crematorios. En vísperas del 65 aniversario de la liberación de Auschwitz, el museo israelí Yad Vashem, en memoria de las víctimas del genocidio judío, exhibe los planos del campo de concentración en la Polonia ocupada por los nazis, que se ha convertido en un símbolo del genocidio nazi de la judería europea. Es la primera vez que los planos serán exhibidos a un público numeroso. Auschwitz fue el más grande de los campamentos nazis donde millones de judíos y otras minorías fueron sometidos a trabajos forzados. Muchos murieron de hambre o enfermedades. Asimismo, muchos judíos fueron conducidos a las cámaras de gas, sus cadáveres incinerados y sus cenizas enterradas en pozos. En total, los nazis y sus colaboradores mataron a seis millones de judíos. El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, tiene previsto asistir a la inauguración de la muestra hoy lunes, poco antes de viajar a Polonia para participar en la conmemoración oficial en Auschwitz, donde un millón 100 mil judíos fueron asesinados en poco más de tres años. El nombre del campo de concentración se ha convertido en sinónimo del Holocausto porque reflejó el esfuerzo germano por eliminar a los judíos de Europa, un plan que designó como “Solución final”. Los planos ilustran la planificación del campamento. Incluye diseños del puesto de vigía a la entrada del campamento adyacente de Birkenau, donde los trenes transportaban a los judíos a la muerte, como también un sendero donde se colocó un cartel que decía en alemán “El trabajo os hará libres”. En los planos se ven las oficinas del comandante de Auschwitz, Rudolf Hess y del médico Josef Mengele. “Una cosa es matar a alguien cuando estás furioso, pero sentarse y trazar planes para el mayor campo de exterminio que el mundo ha conocido y planearlo como si fuera un parlamento o una escuela u otra cosa, es asombroso”, comentó Martha Weiss, de 77 años, sobreviviente de Auschwitz, una de un pequeño grupo de sobrevivientes invitados a ver la muestra antes de su inauguración.'
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