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No muchos rabinos pasan el día tratando de curar el cáncer. Pero Rabi Dr. Robert Shorr no cree que exista ningún conflicto ni ninguna tensión entre sus diversas actividades.
El hijo de un reconocido científico en cohetes que alguna vez había colaborado con el ex científico nazi Werner von Braun, Shorr, de 55 años de edad, es el CEO de Cornestone Pharmaceuticals, que actualmente realiza experimentos clínicos con una droga – CPI-613- dirigida a matar a las células cancerosas a través de impedirles absorber la glucosa que necesitan para sobrevivir.
Con su blanca barba y su saco largo negro, Shorr no encaja en la imagen habitual que se tiene de un científico del siglo XXI. Y de hecho, Shorr dice que a menudo escucha que la gente le dice “no puedes estar dentro de este mundo y vestirte de esa manera”, a lo que él responde: “Obviamente, yo estoy dentro del mundo y me veo como me veo”.
Sin embargo, Shorr no siempre tuvo esa apariencia rabínica. Habiendo sido educado dentro de un hogar relativamente secular, Shorr se acercó lentamente a la observancia ritual, comenzando su viaje desde los cinco años de edad. La familia vivía en Sacramento, California, y formaba parte de un Templo Conservador. Un día su padre lo llevó hasta el arón kodesh, le tomó la mano y la puso sobre el sefer Torá. El miró a su padre y éste estaba llorando. Su padre le dijo: “Rob, cuando yo me haya ido búscame aquí, porque este es el hogar del pueblo judío.
Mucho tiempo después, en el año 1978, mientras estudiaba en la Universidad de Londres –donde luego se graduaría como doctor en Bioquímica, volviendo a su casa luego de comer un viernes por la noche en un restaurant, vió a la distancia unas velas de Shabat encendidas en una casa. El se transfiguró. “Ambos vimos esa escena, nos miramos y dijimos, eso exactamente es lo que queremos construir”, relata Shorr. Pocos años después se mudaron a Pensylvania, donde encontraron un programa de Torá Umesorá dirigido a judíos no observantes, y bajo la supervisión de Rabi Shmuel Kamenetzky, de la Ieshivá de Filadelfia, y de Rabi Abraham Levene, muy pronto Shorr empezó a dedicar muchas horas de su tiempo diario para estudiar Torá. Shorr cree que el aumentar su conocimiento de la Torá lo ayudó para la investigación en medicina y también a la inversa, su conocimiento científico lo ayudó en el estudio de la Torá.
Su última investigación relacionada con el cáncer podría ser de gran ayuda para los pacientes con cáncer de páncreas, pulmones, colon y mamas, aunque él afirma: “En verdad, todo está en manos del Altísimo”.
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