La revista inglesa “Journal of Chinese Medicine”, la más conocida y prestigiosa publicación occidental especializada en medicina china en
general y acupuntura en especial, publicó en su edición número 70
(octubre 2002) un artículo sobre los Tefilín (1).
En la web de este medio (2), se afirma que los puntos donde los Tefilín tocan la cabeza, el brazo y la mano, son exactamente los mismos puntos utilizados en el procedimiento de acupuntura para
aclarar la mente y darle paz espiritual al paciente.
Tefilín: una prescripción antigua de un punto de acupuntura
El Tefilín es un ritual de plegaria ancestral que consta en dos pequeñas cajas de cuero, cada una ligada a unas tiras de cuero. Una
caja esta ubicada en los bíceps del brazo más débil y la segunda
ubicada en la cabeza. La tira de los bíceps es enrollada a lo largo
del brazo en una manera cuidadosamente prescripta. La parte trasera de la tira de la cabeza es atada en un nudo y cuidadosamente ubicada en la base del cráneo.
La no conocida propuesta del tefilín es elevar la conciencia espiritual del hombre que lo viste. Si examinamos donde están ubicados los nudos y las vueltas desde el punto de vista de la Acupuntura
Medica China, se ve que el tefilín forma una formula puntual potente
de acupuntura con el propósito de elevar el espíritu y clarificar la
mente, ubicada en la estructura gobernante llamada: “Du mai”. Esta es un extraordinario meridiano que llega a la columna vertebral y penetra en el cerebro.
Es bien conocido por su habilidad de tratar desordenes psiquiátricos e influenciar la mente. La acción espiritual de los puntos de acupuntura en “Du mai” puede ser explicada porque esta tiene la relación más cercana con el cerebro, el cual es considerado como cobijo del espíritu. Una relación más estrecha del “Du Mai” con el espíritu es encontrada desde su vía anterior, que directamente lo conecta a la morada del espíritu, el corazón.
Se encontraron algunas sutiles diferencias entre sefaradim, ashkenazim y jasidim por las distintas formas de colocar el tefilín, pero
independientemente de cual de ellas sea, es claro que ponerse tefilín es la única manera de estimular un muy preciso set de puntos de acupuntura que aparecen como aclaradores mentales y armonizantes del espíritu.
Cada uno de estos puntos tiene distintas propiedades: algunos benefician a la memoria y la concentración, tratan el dolor de cabeza, el mareo, el golpe. Otros tratan la psicosis, la miopía, la perdida de olfato. Ciertos puntos calman la mente y ayudan a tratar enfermedades mentales. También hay algunos que combinados o solos tratan la demencia, el miedo, el terror. Otros disminuyen la ansiedad y la tensión.
Si alguno le entrega a un acupunturista esta formula de acupuntura y pregunta que era lo que estaba siendo tratado, no cabe la menor duda que cuestiones mentales y espirituales son gran parte de este modelo.
Lo que es sorprendente es que esta formula haya sido encontrada en un procedimiento no médico que fue constantemente practicado por miles de años. Incluso la forma en que se enrollan los tefilín es ideal para estimular ciertos puntos en la mano del canal pericardiano.
La ciencia moderna descubre hoy los beneficios que posee lo que Di-s nos entrego hace más de 3000 años. Valoremos nuestra Torá y sepamos que todo lo que está contenido en ella es para nuestro bien.
Basado en: Journal of Chinese medicine, número 70. Octubre 2002
Referencias:
(1) Llamados "filacterias" en castellano. En el libro Deuteronomio de la Torá (Cinco libros de Moshé o Pentateuco), destaca al respecto de esta mitzvá: “Y has de atarlas por señal en tu mano, y estarán por
frontales entre tus ojos” (6:8). Los Tefilín son dos cajas de cuero negro que contienen ciertos textos bíblicos. Los judíos, desde la edad de los 13 años, cuando llegan a su mayoría religiosa, tienen la obligación de ponérselas durante el diario rezo matutino, excepto los sábados y los días de festivales religiosos, cumpliendo así con un ritual religioso cuyo objeto es elevar el espíritu.
El tefilín que va en la cabeza se coloca en la frente, entre los dos
ojos, sostenido por una correa circular de cuero negro, amarrada con un nudo, con las dos puntas colgando sobre los hombros.
El otro tefilín va cerca al corazón, en el brazo izquierdo, (excepto
los zurdos, que lo colocan en el brazo derecho), sostenido por una
correa de cuero que se enrolla alrededor del brazo con siete vueltas entre el codo y la muñeca. Los sefarditas enrollan la correa en la dirección de las agujas del reloj, mientras que los ashkenasitas lo hacen en dirección opuesta. Lo que sobra de la correa se enrolla sobre la mano y el dedo medio para formar las letras shin y dalet, término cabalístico que significa Dios Todopoderoso.
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