En el kibutz Ein Ziván, ubicado en las Alturas del Golán, hay una chocolatería muy singular, cuyo amplio local se convirtió en el último verano en un importante centro de visitantes que ofrece diversas delicias confitadas. Se llama "De Karina", que es el nombre de la dueña, una argentina que llegó al país hace siete años con su familia.
Ella instaló una chocolatería que con el tiempo se convirtió en una gran atracción para el turismo gastronómico ofreciendo una amplia variedad de productos y de actividades. Entre las actividades hay visitas guiadas y un taller denominado "Matok li", de auto creación, destinado a los más pequeños. Esta novedad les pertenece a Karina y Guiora Chepelinsky, "olim" porteños, que son la tercera generación de fabricantes de chocolates y que todavía utilizan los métodos tradicionales de mano de obra, los artesanales, lo cual convierte al negocio en una verdadera boutique. Durante las vacaciones pasaron por allí más de 800 visitantes por día.
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