El pasado 15 de octubre la AMIA llevó a cabo un remate de obras de arte (pinturas y esculturas) con la finalidad de que los fondos obtenidos se destinen al Servicio de Empleo de la institución.
Reconocemos que es meritorio que la Kehila busque ingresos no tradicionales para el mantenimiento de ciertas actividades que realiza, en este caso el Servicio de empleo, y que las actividades que organice al efecto sean de máximo nivel.
Realizado en el salón de actos del MALBA-Fundación Constantini, uno de los más prestigiosos y modernos museos de arte porteños, esta subasta la integraron 90 obras de afamados artistas plásticos argentinos (pintores y escultores) que donaron sus obras a la AMIA.
Como el martillero actuante, Enrique Scheinsohn, también donó sus honorarios profesionales y el lugar fue cedido gentilmente por la Fundación Constantini, el costo de esta actividad fue pequeño en relación al monto logrado, cercano a $ 800.000.
Es decir que la actividad fue un éxito, pero a Tribuna Judía hubo detalles que le llamaron la atención teniendo en cuenta que quien preside la institución es un dirigente observante de la Halaja.
Como las obras a rematarse fueron exhibidas durante un par de semanas antes de la subasta en el “Espacio de arte” de la AMIA, concurrimos a observarlas al día siguiente a la inauguración de la muestra y a solicitar el correspondiente catálogo. Lo primero pudimos hacerlo sin problema pero el catálogo recién lo conseguimos varios días después.
Al recorrer la muestra, y aclarando que no tenemos los conocimientos para realizar una evaluación artística de las obras, observamos uno de los cuadros expuestos era un desnudo femenino y que otro tenía en su centro una figura masculina con los genitales al aire.
Al recibir el catálogo nos enteramos que se había constituido un Comité de Honor integrado en su gran mayoría por personas relacionadas con las artes plásticas, pero ningún integrante de la Comisión Directiva de la AMIA, en especial uno de sus vocales que además de dedicarse a vender obras de arte en su negocio y organizar muestras edita una revista especializada en este rubro, nos referimos al doctor Alberto Rotenberg.
Debido a nuestra extrañeza por la existencia de los dos cuadros que mencionamos más arriba intentamos averiguar como fue posible que quienes eligieron los cuadros los hubieran incluido. Lo que averiguamos nos sorprendió todavía más. Según parece cuando el catálogo fue entregado a los miembros de la Comisión Directiva, durante una de las sesiones ordinarias, el Dr. Rotenberg objeto algunas de las obras que lo integraban por estar reñidas con la sniut (decoro) que un judío raigal debe mantener, lo que motivo que también otro vocal datí las objetara. La consecuencia fue que una de esas obras objetadas fue cambiada por el autor y por lo tanto el catálogo tuvo que modificarse.
Somos concientes que los miembros del precidium de AMIA son personas que le dedican mucho tiempo a la institución y que permanentemente están ocupados atendiendo gente y/o participando de reuniones y entrevistas en el edificio o fuera de él, y que por lo tanto no se los puede culpar de que los cuadros que a nosotros nos molestaron, y que por lo que sabemos fueron rematados, fueran incluidos en la muestra y la subasta, pero nos preguntamos, y no tenemos respuesta, como es posible que “detalles” de este tipo no fueran cuidados por los responsables de la actividad a la vez que nos imaginamos que si el Dr. Rotenberg hubiera sido incluido entre los miembros del Comité de Honor, lo que comentamos no hubiera pasado.
|
|
|