Nuestros sabios cuentan la parábola de un hombre que tenía tres amigos. El primero de ellos era un amigo muy cercano y devoto. El segundo era alguien con quien se conectaba de vez en cuando, y al tercero no lo veía casi nunca.
Cierta vez, el hombre recibió una cita para presentarse ante el rey. Sintió temor. Quizás había hecho mal algo y lo iban a castigar. Fue a ver al primero de sus amigos y le dijo: “¿me acompañarías a ver al rey?. Tu presencia me daría mucha tranquilidad”.
Pero el amigo se negó a acompañarlo diciendo que no tenía tiempo dado que tenía muchas cosas que hacer.
Defraudado, fue a ver al segundo de sus amigos y le pidió que lo acompañara a ver al rey. Pero él le respondió: “en consideración por todas las amabilidades que siempre has tenido conmigo, voy a acompañarte, pero sólo hasta la puerta de entrada del palacio del rey. Allí tendré que dejarte solo”.
El hombre estaba sumamente perturbado, y en medio de grandes dudas decidió invitar a su tercer amigo, con el cual no había tenido contacto durante años.
Sin embargo, este último estuvo de acuerdo en acompañarlo y presentarse ante el rey. “No temas”, le dijo, “Yo estaré contigo en las buenas y en las malas; puedes contar conmigo”.
Nuestras tres posesiones
Nuestros sabios explican esta historia de la siguiente manera. El primer amigo representa el dinero, la riqueza y las propiedades terrenales, que nunca abandonan a la persona. Permanecen junto a él hasta el día de su muerte. Pero entonces lo abandonan; él no puede llevárselas consigo.
El segundo amigo son sus parientes, su familia, que lo acompañan sólo hasta la tumba. Sus hijos y herederos deciden por él cuál será su última morada. Pero luego ellos pegan la vuelta y lo abandonan para ocuparse de ellos mismos.
Pero el tercer amigo, aquél al cual casi nunca ve mientras vive, se transforma en el amigo de verdad que se queda a su lado y lo ayuda. Este amigo representa las mitzvot, las buenas intenciones y la caridad, que lo ayudan incluso después de haber partido de este mundo. Ellas reaparecerán junto a él el Día del Juicio Final y permanecerán a su lado como un amigo eterno y leal.
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