La Voz Judía


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La parasha semana a semana
Parashat Shoftim - Rey de Israel

Por Rab. Iehuda Appel

Una vez, Ronald Reagan hizo un interesante comentario sobre la constitución soviética. Él dijo que a pesar de que la mayoría de sus cláusulas eran ignoradas, el texto era bastante bueno: la constitución reafirmaba los derechos humanos y las libertades, y en muchas cosas se asemejaba a los derechos americanos. Entonces, Reagan notó una vital distinción entre las dos: en la constitución soviética, el gobierno le otorgaba derechos al pueblo, mientras que en la constitución americana, el pueblo le otorga derechos al gobierno. La diferencia es profunda: en una la fuente de poder está en el gobierno y en la otra, en el pueblo.
Una gran parte de la parashá de esta semana, Shoftim, describe el rol y las responsabilidades del rey de Israel. En nuestros tiempos democráticos, la idea del "reinado" puede sonar antigua y opresiva.
Pero a diferencia de otros monarcas, el rey de Israel tiene su poder limitado por la Torá: él no podrá recaudar dinero y caballos, y tiene prohibido casarse con muchas mujeres. Más aún, él debe cargar consigo un pequeño rollo de Torá en todo momento, para recordar constantemente sus obligaciones.
Sabiendo todas estas reglas, dice el Gaón de Vilna, no es sorprenderte que la persona pueda ser forzada para convertirse en rey. A primera vista, uno puede cuestionar por qué alguien rechazaría la posibilidad de ser rey - conociendo todas las expectativas de honor, poder y riqueza.
De hecho, la posición de rey conllevaba muchas responsabilidades. A diferencia de otros monarcas, el rey de Israel tenía que ir al frente de la batalla y luchar junto a su pueblo, arriesgando su vida por su pueblo, y siendo un verdadero servidor de su pueblo. Es por eso que podemos entender más por qué alguien podría llegar a rechazar esta posición.
Quizás lo más significativo es que el reinado de un rey judío nunca es impuesto sobre el pueblo. El poder del rey deriva solamente del hecho de que él haya tenido todo el apoyo de los ciudadanos. Por ejemplo, en un momento en la historia, cuando el rey David acusó a un enemigo de rebelarse en contra del rey, su esposa Avigail le recordó a David que en ese momento él no estaba apoyado por todo el pueblo - y en consecuencia su queja era injustificada.
La idea judía es que cualquier forma de gobierno es una necesidad pragmática. El Talmud (Pirké Avot) nota que "si no fuese por el temor al gobierno, las personas se comerían unas a otras". Entonces, de acuerdo a muchos comentaristas, establecer un reinado judío realmente lleva al cumplimiento de la mitzvá de preservar la paz en la nación.
En un nivel más profundo, esto nos enseña que un monarca es sólo necesario por la debilidad espiritual de la nación. Si las personas actuarían con un correcto temor de D'os, no habría necesidad de un gobierno! Quizás esto explica la opinión en el Talmud que dice, que durante la era Mesiánica - cuando la realidad de D'os será manifestada completamente - no habrán gobernantes humanos.

 

La tribuna Judia 13

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