Desde el mismo momento en que se supo que el presidente de la AMIA sería un dirigente raigal, el 20 de mayo del año pasado, comenzó una campaña destinada a establecer una diferencia entre los judíos observantes de las mitzvot y quienes no lo son por parte de los que resultaron perdidosos en la última elección de la AMIA, aquellos que la habían gobernado por más de 50 años y no hicieron nada para preservar la tradicional forma de vida judía.
Días antes de que Guillermo Borger asumiera la presidencia, esos dirigentes lo acusaron de discriminar a los judíos no observantes por presuntas declaraciones publicadas en el diario Clarín el sábado 7 de junio de 2008, y que sorprendentemente el periodista que lo reporteó no había grabado.
Para ello no escatimaron esfuerzos, primero utilizaron los el día de Shabat y luego los dos días de Shavuot para atacarlo pues sabían que no respondería hasta después de concluida la festividad.
Como no lograron su objetivo, que Borger se negara a asumir, organizaron un “piquete” en la plaza seca del edificio de Pasteur 633 para repudiar a quienes asumían los cargos para los cuales fueron electos de acuerdo al Estatuto de la institución.
Luego criticaron a toda la nueva conducción, afirmando que no hacían nada, que la AMIA se conducía por “piloto automático”.
Esos dirigentes - que en los últimos meses de su gestión al frente de la Kehila intentaron, por todos los medios posibles, que las personas convertidas al judaísmo sin respetar las normas halajicas que legislan ese acto pudieran ser enterrados en los cementerios comunitarios – parece que viendo que su crítica no lograba modificar la situación parecería que decidieron aprovechar los meses de verano para pergeñar como lograr concretar sus deseos.
Algunos de ellos, no todos, constituyeron un movimiento, Plural JAI (Judaísmo Amplio Innovador), destinado a debatir los grandes temas comunitarios que sorprendentemente el pasado 16 de julio distribuyo una cadena de mail con el siguiente texto “18J. Recordar a las 85 víctimas a 15 años del feroz atentado a la AMIA es ejercer la memoria y no contagiarnos la impunidad ¡Exigimos justicia! Convocamos a todos a realizar un minuto de silencio este sábado 18 a las 9.53 hs. en el lugar que te encuentres, o acompañando a los familiares a depositar una flor en Pasteur 633. Se solicita la difusión a todos sus contactos”.
Recordar a las 85 víctimas y exigir justicia es algo que toda la comunidad organizada viene haciendo desde el mismo 18 de julio de 1994, pero convocar a acompañar “a los familiares depositar una flor en Pasteur 633”, el sábado 18 de julio, no sólo se opone a la observancia del Shabat sino que también se contradice con lo que ellos hicieron cuando conducían la Kehila, sostener que institucionalmente se debía respetar el Shabat.
Pero a la vez consideramos que los dirigentes tienen cierta responsabilidad, ocupen o no cargos de conducción en instancias centrales comunitarias en la actualidad, y el haber estado presentes convalida lo que muchas veces hemos planteado, que desconocen la esencia del judaísmo.
Muchos son los interrogantes que surgen ante lo ocurrido, en especial debido a que estuvieron presentes dos expresidentes de la AMIA y también algunos ex directivos, además de que el Jefe de Gabinete del Gobierno Nacional, Aníbal Fernández hubiera asistido y también un alto funcionario de la embajada de los Estados Unidos nos obliga a pensar que alguien los invitó especialmente.
Decimos esto en base a los que publicaron los principales diarios capitalinos, pues lógicamente no hemos concurrido a realizar la cobertura periodística y tampoco conversado con algunos de los asistentes.
Luego de esta aclaración, hemos de referirnos a la reacción del presidente de la AMIA, que según los medios cuestionó el acto, las intenciones de quienes hicieron la convocatoria y se preguntó quien era el responsable que el doctor Aníbal Fernández estuviera presente.
Nosotros, el viernes 17 al mediodía, concurrimos a la AMIA pues al finalizar el acto de la Fundación IWO (comentado en esta misma edición) nos avisaron que visitaría el edificio el recientemente designado ministro de Justicia y Seguridad de la Nación, Julio Alak, quien luego de ser recibido por las máximas autoridades de la AMIA y de la DAIA, colocar una ofrenda floral frente a la placa que recuerda a las 85 víctimas fatales y observar detenidamente el monumento de Agan ubicado en la plaza seca se dirigió a los cronistas presentes y lo primero que dijo fue que había concurrido a la AMIA por pedido de la Presidente de la Nación para rendir homenaje a las víctimas del atentado.
Es decir que el Gobierno Nacional estaba muy bien anoticiado no sólo de que el acto se había postergado sino también que el sábado 18 de julio no se haría nada por ser Shabat. Esto refuerza la inquietud generada en la conducción de la AMIA por la presencia de Aníbal Fernández.
Parecería que a los señores que realizaron esta convocatoria no les agrada que se los critique, pues Plural JAI emitió un comunicado afirmando que disiente con las declaraciones realizadas por el presidente de la AMIA a la vez que transcribe tres notas, que les dirigieron a Borger, José Adaszko, ex vicepresidente de AMIA en la cadencia 2005-2008, y David Salischiker, uno de los miembros de Plural JAI y Luis Grynwald, el anterior presidente de la AMIA.
Ambos le afirman al presidente de la AMIA que debe conducir la institución para todos los miembros de la comunidad y no sólo para un sector de la misma, la observante.
Adaszko lo hace diciéndole “A mi entender lo más grave de sus manifestaciones, es el desconocimiento hacia una gran parte de la comunidad judeo-argentina, ya que por sus expresiones, no hace más que ratificar las desafortunadas declaraciones de “judíos genuinos”, sin evaluar que AMIA es de toda la comunidad y no de un solo sector”, es decir que vuelve a la crítica de los días previos a la asunción de Borger como presidente de la AMIA.
También pone en duda los motivos de la postergación del acto y luego expresa “Representan un verdadero peligro para la tradicional vida democrática de nuestra comunidad el pensar que un sector de la misma posee “la verdad develada” y que todo el resto debe ceñirse a la misma. No puedo dejar de comparar estos dichos con las manifestaciones que expresan los extremistas musulmanes de Irán: el pensamiento y la idea única”, de lo que se desprende que para este ex vice presidente de la AMIA todos aquellos que no realizamos honras fúnebres en Shabat o Jaguim somos equiparables a “los extremistas musulmanes de Irán” que niegan la Shoá y el derecho a la existencia del Estado de Israel.
Evidentemente José Adaszko no tiene muy en claro cual es el secreto de que el pueblo judío haya subsistido a través de milenios pese a las incontables persecuciones e intentos de destrucción que ha sufrido desde su génesis hasta el presente, olvidándose – o quizás desconociendo - que uno de los máximos intelectuales del judaísmo liberal, Abraham I. Heschel, sostenía que no fue el pueblo judío el que mantuvo al Shabat sino que el Shabat es el que mantuvo al pueblo judío.
También es válido preguntarnos que tipo de judaísmo es el que pretende este ex vice presidente de la AMIA que hasta hace pocas semanas era miembro de un factor ideológico, Meretz, sucesor de Mapam, el partido sionista socialista que en Argentina cuenta entre aquellos que lo representaron en la Comisión Directiva de la AMIA, por lo menos a uno que decidió ordenar ser cremado al fallecer.
Por su parte David Salischiker le escribe, entre otros conceptos, “Sr. Borger, yo me siento tanto o más judío que Ud. y no estoy atado ciegamente a las escrituras...”. Lo que Borger criticó no fue la judeidad de los que concurrieron el sábado 18 de julio a Pasteur 633, sino que se transgrediera el Shabat, por lo tanto efectuar este tipo de comparaciones está completamente fuera de lugar, a la vez que hace recordar a ciertas macabras preguntas que muchos les hacían a los chicos “a quien queres más, a papá o a mamá”. Además, decir “no estoy atado ciegamente a las escrituras” implica una desvalorización de todo aquel que rige su vida de acuerdo a la Torá, en la más amplia de sus acepciones.
Luis Grynwald después de historiar sus antecedentes y afirmar, que con su familia “Hemos respetado la tradición judía en todas las etapas de nuestra vida” escribe “Es verdad, viajo en shabat y no observo estrictamente la kashrut”, lo que a nuestra manera de ver es una contradicción, pasa a referirse a como vivió el 18 de julio de 1994, cuando era tesorero de la AMIA, a su participación en lo ocurrido el pasado sábado 18 de julio y a la reacción de Guillermo Borger. Lógicamente crítica al actual presidente de la AMIA por su indignación, que considera una postura no pluralista y - al igual que Adaszko y Salischiker - le dice que tiene que representar a todos los “a todos los miembros de la comunidad: a laicos, conservadores, ateos, seculares y ortodoxos por igual, y que acorde a esa función no le cabe juzgar al resto, sino comprenderlos desde la humildad”. Es cierto que cuando Borger, o cualquier otro presidente de la AMIA, representa a la institución fuera de la comunidad lo hace incluyendo a todos, pero nadie le puede exigir que por eso deje decir lo que piensa u opina ante los hechos que los miembros de la comunidad realizan.
Lo que a Borger y a cualquier otro judío raigal les molesta es que los judíos no observen las miztvot y nadie tiene el derecho de impedirles que lo digan.
La presencia de encumbrados ex dirigentes de la AMIA, algunos de los cuales aspiran, en un futuro no muy lejano, a volver a ocupar cargos de responsabilidad en su Comisión Directiva al igual que los dos mails de Plural JAI que comentamos, el mail de la convocatoria y el que reproduce las notas de José Adaszko y David Salischiker y Luis Grynwald, nos obligan a pensar cual es el futuro de nuestra comunidad, pues aunque ellos no se lo propongan concientemente, el resultado de esta disputa, por demás desagradable, sea que la brecha existente entre quienes son observantes de las mitzvot y los que no lo son se ensanche hasta un punto tal que produzca la división de la comunidad.
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