La comunidad judía de Venezuela fue, lamentablemente, motivo de difusión en los medios hace unos meses atrás a causa del ataque sufrido por su sinagoga y por la revelación de que los perpetradores eran oficiales de policía.
Rabi Pinjas Brener, Gran Rabino Ashkenazí de Venezuela y Rabino en Caracas por más de 40 años, afirmó que la comunidad judía se sintió impactada ante el ataque. “Esto no tiene precedentes en Venezuela; en cientos de años nunca había pasado algo así”, dijo.
“Desgraciadamente estamos viviendo en un clima de extremismo”, agregó.
Rabi Brener se había marchado a los EE.UU. procedente de Perú en 1949 y recibió la smijá y el grado de doctor en la Universidad de la Ieshivá. En 1967 fue designado Rav en Venezuela, donde también ocupa el cargo de presidente del Comité de Relaciones entre Iglesias y Sinagogas del país.
El asegura que nunca hubo antes ataques racistas contra judíos en las calles ni ningún otro signo de antisemitismo. Enfatizó: “No existe el antisemitismo en Venezuela”. Y agregó que después del ataque muchos venezolanos se acercaron a la comunidad judía para brindarles su apoyo. Sin embargo, cuenta que muchos sienten que el clima de confrontación existente en el país, junto con la desacreditación de Israel, la ruptura de relaciones y la expulsión del embajador de Israel, han creado un entorno que se está volviendo hostil contra los judíos.
Chavez y su retórica anti-israelí
Desde antes del ataque a la sinagoga los judíos de Venezuela se sentían amenazados. El presidente Hugo Chavez se ubicó firmemente del lado de los terroristas palestinos durante la reciente guerra de Gaza y lanzó una retórica venenosa en contra de Israel. Luego de que Israel lanzara sus ataques defensivos contra Gaza, Chavez echó al embajador Shlomo Cohen y suspendió las relaciones diplomáticas con Israel, algo que ni siquiera los países árabes pensaron hacer.
Además, Chavez describió las acciones de Israel en Gaza como “genocidio” y comparó las acciones de Tzahal con el Holocausto.
En uno de sus discursos televisivos Chavez declaró: “aquí vive una comunidad palestina a la que queremos y hay también aquí viviendo judíos a los que queremos, pero yo espero que la comunidad judía se declare en contra de este barbarismo”. “Háganlo-agregó- ¿acaso no denuncian ustedes con firmeza cualquier acto de persecución y al Holocausto? ¿Qué creen que vemos en Gaza? Pongan su mano en el corazón y sean sinceros”.
Poco después de la expulsión de Cohen, el decreto fue leído con gran regocijo en la Asamblea Nacional venezolana, cuyos diputados, cubiertos por kaffies (el tradicional pañuelo árabe), agitaron banderas palestinas y condenaron las acciones de Israel en Gaza.
Con la clausura de la embajada, las organizaciones internacionales que trabajan en Venezuela, tales como el Jewish Joint Distribution Committee y el Congreso Judío Mundial, son el único vínculo de la comunidad judía con algunos miembros del gobierno.
“Hace algunos días tuvimos un encuentro urgente con los líderes de la comunidad judía de Caracas que compartieron con el Joint sus graves preocupaciones por la situación, y decidimos realizar una acción conjunta” dijo Steve Schwager, el vicepresidente ejecutivo del Joint.
Rabi Brener expresó que la comunidad está preocupada por la amistad que Chavez tiene con Iran. “Los judíos están empezando a sentir que Venezuela es enemiga de Israel lo cual significa que también es enemiga de los judíos; ellos no hacen ninguna distinción entre judíos e israelíes”, declaró.
El agregó que la mayoría de las instituciones judías de Caracas incluyen en su nombre “Israel”. Incluso el periódico de la comunidad se llama Nuevo Mundo Israelita.
Luego del ataque verbal de Chavez contra Israel, el ministro de Relaciones Exteriores, Nicolás Maduro, habló en una manifestación antiisraelí en Caracas usando una kaffie y ratificando su “repudio del Holocausto judío” instó a los judíos a “repudiar el Holocausto palestino que están cometiendo la elite sionista que gobierna Israel”.
Otros ministros también hicieron declaraciones antisemitas y antiisraelíes, equiparando la palabra “Sionista” con “fascista”, y algunos miembros del gobierno cuestionaron incluso el derecho de Israel a existir.
La prensa gubernamental se hizo eco de estas diatribas. Uno de esos medios llamó a los ciudadanos a “desafiar públicamente a todo judío que encuentren en la calle, los shopping center o las plazas”, y a boicotear los negocios de judíos y hacer manifestaciones frente a la gran sinagoga de Caracas.
Desde la asunción de Chavez en 1999 ha habido un resurgimiento del antisemitismo en Venezuela. Los grupos chavistas han diseminado copias de Los Protocolos de los Sabios de Sion, un libelo zarista de comienzos del siglo XX que subraya una presunta conspiración judía mundial para tomar el control del mundo.
Si bien Chavez prometió condenar el “antisemitismo en cualquiera de sus formas”, después de una reunión con los líderes del Congreso Judío Mundial en Agosto del año pasado, no hizo nada de eso. Aún cuando condenó el ataque a la sinagoga, no utilizó ni una mención al antisemitismo, e hizo responsables del ataque a sus oponentes políticos, quienes habrían querido reducir sus posibilidades de ganar el referendum constitucional del 15 de febrero pasado.
El objetivo del ataque, la Sinagoga Sefaradí Tiferet Israel, había sido objeto de ataques con graffitis durante las manifestaciones pro-Chavez.
Con respecto a la kehilá, Rabi Brener dice con orgullo: “tenemos más de 1.300 chicos en nuestras escuelas; en Caracas hay 15 sinagogas, 14 de las cuales son ortodoxas. En su mayoría son sefaradíes. La mayoría de los ashkenazíes son profesionales. La mayoría de los shomrei Shabat son sefaradíes. Tenemos entre 10 y 15 minyanim para Shajarit todas las mañanas.
En Venezuela hay 12.000 judíos, un 30% menos que antes de la llegada de Chavez al poder. Si bien representan el 1% del total de la población, la comunidad judía está entre las más antiguas de Latinoamérica; hay algunos datos que sugieren que en Caracas vivieron grupos de “marranos” en el siglo XVII.
Cuando comenzó a aumentar la inmigración judía de Europa central y occidental a causa del ascenso de Hitler al poder, Venezuela impuso restricciones específicas a la inmigración judía que quedaron sin efecto después de la década de 1950. Con la caída del dictador Perez Jimenez hubo una gran afluencia inmigratoria de judíos, tanto de latinoamérica como de países árabes e incluso de Israel.
Venezuela fue uno de los países que votaron a favor del establecimiento del estado de Israel en las Naciones Unidas, y hasta la llegada de Chavez al poder en 1998, existían estrechas relaciones diplomáticas entre ambos países.
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