En un film popular, el personaje principal muere y llega a “otra dimensión” en donde se le pide que defienda la vida que llevó aquí en la tierra. De acuerdo a la tradición judía, no hay un concepto de “defenderse” a uno mismo realmente en la otra vida. Pero conociendo el reciente interés de Hollywood por la kabalá, uno se pregunta si el escritor de este film no pasó algún tiempo estudiando las enseñanzas esotéricas, pues las enseñanzas místicas sí dicen que la persona tendrá que mostrar lo que logró en la vida - comparado a lo que pudo haber logrado si hubiese tomado completa ventaja de su existencia en la tierra. De hecho, es el sentimiento de vergüenza que siente el alma al darse cuenta de lo que pudo haber logrado, lo que es - según algunas fuentes - la definición judía de “infierno”.
La parashá de esta semana (y por esa razón todo el quinto libro de la Torá) es llamada Devarim, lo cual significa “palabras”. Las “palabras” a las que se refiere son el discurso de despedida de Moshé al pueblo judío. Antes de su muerte, Moshé presentó al pueblo judío una elocuente revisión de los pasados 40 años incluyendo en sus palabras reprimendas y grandes visiones morales. El concepto de oportunidades perdidas aparece una y otra vez.
Desde el comienzo mismo, Moshé condena a los judíos por “lo que podría haber sido”. El versículo 1:2 muestra que sólo eran “once días de viaje desde Joreb hasta Kadesh Barnea a través del monte Seir”. Así como dice Rashí, este versículo fue una sutil reprimenda a la nación, pues a causa de sus pecados les llevó 40 años llegar a la Tierra Prometida - un viaje que tendría que haber durado sólo once días.
Luego, Moshé le recuerda a la nación cómo (40 años antes) él había establecido un sistema judicial para no tener que guiarlos él solo. Pero, así como señala Rashí, aquí también el pueblo erró. ¿Cómo el pueblo pudo desperdiciar la oportunidad de tener a Moshé como el árbitro legal? ¿No tendrían que haber protestado en contra de ese nuevo sistema?!
Quizás lo más problemático es el siguiente tema del cual habló Moshé: el pecado de los espías. Fueron enviados espías para explorar la tierra antes de su conquista. Los espías volvieron de la tierra y reportaron que la tierra era inconquistable. En ese momento, el pueblo tenía que elegir: creían a los espías o creían en el aseguramiento de D’os de que todo iba a salir bien. Increíblemente, el pueblo optó por creer en los mensajeros de carne y hueso! Como consecuencia - ahora Moshé les recuerda a sus oyentes - la nación fue sentenciada a 40 años de deambular por el desierto.
Por otro lado, podemos ver la vida de Moshé, un hombre conocido por haber logrado desarrollar increíblemente su potencial.
El libro de Devarim comienza anunci ando: “Estas son las palabras que Moshé habló ante los hijos de Israel…”. Esta noción de que Moshé se convirtió en un hombre identificado con un majestuoso discurso es verdaderamente remarcable. 40 años antes, en la zarza ardiente, cuando D’os le pide a Moshé que lidere al pueblo judío y los saque de Egipto, él se negó rotundamente. La razón que Moshé alegó fue: “yo no soy un hombre de palabras”. Ahora, 40 años más tarde, este hombre que sentía que no podía expresarse bien, emitió un maravilloso monólogo de un mes de duración que constituye un 20 por ciento de nuestra Torá!
Cada uno de nosotros tiene la opción de desarrollar su potencial o no. Comprométete hoy mismo. Porque mañana puede ser demasiado tarde!
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