Durante las últimas semanas infinidad de miembros de la comunidad recibieron en sus casillas de mails uno que transcribía el documento elaborado para reglar la manera en que podrían ser enterradas, en uno de los cementerios de la AMIA, las personas convertidas al judaísmo sin seguir las disposiciones establecidas por la Halajá, la Ley Judía, por los rabis conservadores y reformistas, que no son reconocidas como judíos por el Superior Rabinato del Estado de Israel.
El mismo, al igual que las leyes y decretos está integrado por dos partes claramente diferenciadas, la primera es una introducción en la cual se explican y fundamentan los motivos que llevaron a redactarlo y la segunda, integrada por 9 apartados establece como se implementará.
La lectura de esos mails nos lleva a sacar las siguientes conclusiones: 1) No han sido las autoridades de la AMIA quienes lo difundieron por Internet. 2) El mismo se ajusta a la realidad de acuerdo a las respuestas que nos dieron actuales directivos de la institución que consultamos. 3) Que quienes deben acordar este documento por unanimidad son los factores que “conforman la conducción de la Kehila”, es decir que son solo cuatro, los que participaron de la última elección; a diferencia de lo que intentó hacerse cuando Abraham Kaul eral el presidente de la AMIA, que debían aprobarlo por unanimidad todos los factores ideológicos que participaban de la vida política interna de la AMIA. 4) Que de acuerdo al texto que acompaña este documento, se deduce que quienes lo han difundido no están de acuerdo con el mismo.
Si bien el texto, en la gran mayoría de sus disposiciones se ajusta a lo que hemos difundido en anteriores ediciones, de acuerdo a lo que el presidente de la AMIA, Luis Grynwald, explicó en el último Rat, observamos una que no fue anunciada en esa Asamblea, que “las ceremonias de inhumación no podrán ser realizadas por mujeres”. A la gran mayoría de nuestros lectores esto les parece obvio, pero para quienes aceptan ordenar a mujeres como rabinas o que sean jazaniot no lo es, y quizás este puede ser uno de los motivos por el cual a conservadores y reformistas no les resulta aceptable este documento.
Por otra parte, si la actual conducción de la AMIA realiza esta “limitación”, para el sector de parcelas que se destine a las inhumaciones de esas personas convertidas al judaísmo sin cumplir con los requisitos de la Halajá, si se firma el acuerdo y lo aceptan los Grandes Rabinos del Estado de Israel, por qué no la implementan desde ahora, pues sabemos que en más de una ocasión son mujeres las que realizan ese tipo de ceremonias, transgrediendo lo dispuesto por el Shuljan Aruj, el código legal que rige la forma de vida judía.
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