A partir de que se tuvo conocimiento de que se instalaría la gigantografía reproduciendo el frente del edificio destruido por el atentado que sufriera la AMIA el 18 de julio de 1994, que una de las oradoras del acto central sería la señora Pilar Raola, que se confeccionarían remeras y kipots alusivas, quienes habitualmente concurren al edificio de Pasteur 633 comenzaron a opinar al respecto.
Mientras que unos decían que la gigantografía les producía impresión, al igual que la obra del Grupo Escombros, que se les asemejaba a una matzeva, otros se referían a que estos elementos, al igual que traes a Pilar Raola y confeccionar las remeras y las kipots tienen un costo económico que les parecía que no debía realizarse.
Como las autoridades de la AMIA no brindaron oficialmente cual es el monto de los mismos debemos informar que en el presupuesto para el año en curso, se aprobó una partida para la conmemoración del atentado de varios cientos de miles de pesos, sin que nadie los objetara, excepto los representantes del Likud de Argentina, que votaron en contra por no estar de acuerdo con la asignación de las partidas presupuestarias, aunque no hicieron mención específica de la referida a la que estamos comentando.
LA VOZ JUDÍA no tiene elementos, por ahora, para opinar si las erogaciones destinadas a conmemorar el 13º aniversario del atentado a la AMIA son o no excesivas, pero si para decir que le consta que a Torah Umesorah la AMIA le redujo el subsidio que le otorga, sin tener en cuenta que es la única institución educativa dedicada a brindarle educación judía raigal mientras cursan sus estudios secundarios y universitarios a jóvenes judíos varones del interior del país.
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