Hace aproximadamente tres años se conoció la interesante noticia de que un judío observante era un renombrado boxeador de los pesos welter dentro del box profesional. Lo que sigue es un reportaje que le fue realizado recientemente, y que publicamos considerando que mucha gente podría estar interesada en saber más datos acerca de este extraordinario atleta espiritual, puesto que esto nunca aparecería en las páginas que cubren rutinariamente los deportes.
-Como Baal Teshuvá, ¿qué fue lo que lo motivó a volver a sus raíces?
Salita: Siempre sentí que tenía una relación con D”s. Siempre me consideré religioso, pero no era observante. Cuando tenía 14 años mi madre debió ser internada por una enfermedad. Entonces conocí a una señora que me puso en contacto con Rabi Zalman Liberow, de Flatbush. Lo que me gustó fue que nunca había sentido un respeto semejante y una comprensión por mi procedencia. En mis viajes para boxear y para entrenarme, yo encontré diferentes rabinos en todo el país que me ayudaban para conseguir comida casher, para el Shabat, etc. Cada vez que voy a casa del rabino el día viernes a la noche me encuentro con el mismo entorno de calidez y bienvenida, no sólo de parte del Rabi sino también de su familia entera, que incluye a numerosos niños. Esa experiencia ha definido fuertemente y ha aumentado mi amor por el Judaísmo.
-¿Qué lo llevó a ser boxeador?
S: Mi familia inmigró a los EE.UU. proveniente de Odessa, en Ucrania, cuando yo tenía nueve años de edad. La inmigración es un proceso muy duro. Muchos inmigrantes ruso-parlantes llegaron a ser hombres de negocios muy exitosos, abogados, médicos, etc. Mis padres siempre me impartieron educación, y yo provengo de una familia muy educada. Sin embargo el boxeo tenía una fuerte atracción sobre mí. Mi objetivo final siempre fue convertirme en el campeón mundial y yo espero poder conseguirlo pronto.
-¿Cómo se prepara habitualmente para las peleas?
Siempre me mantengo en forma. Los entrenamientos para la pelea empiezan unas ocho semanas antes de la misma. Ellos incluyen caminatas, un trabajo matinal físico que incluye pesas y diferentes tipos de ejercicios de fuerza funcionales para el box. La dieta es extremadamente importante, dado que es escencial para tu peso. Por lo general, al comienzo de las prácticas uno suele tener algunos kilos de sobrepeso.
-¿Alguna vez tuvo que renunciar a participar en una competencia debido al Shabat o a otras festividades judías?
Yo me convertí en observante del Shabat hacia el final de mi etapa amateur. Luego de ganar el título nacional de los EE.UU., no pude ir a los Juegos Mundiales que se desarrollaron en Budapest, Hungría. Actualmente, siendo profesional, yo simplemente no me agendo nada en Shabat o en Iom Tov. La gente del box sabe cómo soy y no recibo ofrecimientos que incluyan un Shabat.
-Salvando a Sandy Koufax, Benny Leonard, Barney Ross y otras figuras del deporte que son judíos, las restricciones que usted tiene como judío estrictamente observante deben molestar a aquellos que, como su promotor Lou Dibella –en particular- han confiado en su carrera. Considerando los límites que le impone su religiosidad, ¿esto tensa la relación con quienes son sus asistentes?
Esto no tensa mi relación con Dibella. El se ha estado acomodando mucho en ese sentido. El tiene unas rondas de box llamadas Broadway Boxing, que generalmente se realizan los jueves por la noche. Ellas sirvieron como vehículo en mi desarrollo como boxeador y le estoy muy agradecido a Dibella y su compañía. En cuanto a otras personas, hay ciertos estereotipos que se asocian con el hecho de ser judío. Yo me diferencia claramente de otros en cuanto a la imagen que adopté por el camino que elegí.
-Aparentemente usted tiene otros intereses fuera del ring. ¿Qué piensa hacer luego de que suene la última campana?
La vida del boxeo es muy corta y yo aspiro a completar mis metas atléticas en los próximos cinco años. Toda mi familia tiene una elevada educación y yo no quiero romper la cadena. Quiero graduarme de la Universidad donde estudio. A través del boxeo he tenido el privilegio de conocer a mucha gente inteligente y exitosa. Definitivamente quiero seguir manteniendo esos contactos una vez que me retire de mi carrera. Como dije en otra oportunidad, Oscar dela Hoya es mi modelo a seguir porque él fue un gran campeón y se convirtió en un exitosos hombre de negocios luego de haber concluído su carrera dentro del ring. Yo desearía poder seguir sus pasos.
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