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Cuando hace dos ediciones publicamos la nota “Cadena de mails: intentan desprestigiar y destruir la comunidad”, no era nuestra intención iniciar un debate sobre si utilizar ese sistema de comunicación es válido o no, sino remarcar que se lo estaba utilizando como un medio para que miembros de la comunidad al igual que otros que no lo son, crean que importantes modificaciones estaban realizando las autoridades de la AMIA, que habían asumido hacía dos semanas, a la manera en que se había actuado con anterioridad ante situaciones similares: el caso de fallecidos que por razones halájicas no podían ser enterrados en los cementerios de la institución.
Decíamos también que algunos de los mails que se difundían en cadena, es decir que eran enviados a una gran cantidad de correos electrónicos, tenían conceptos que ponían en duda la honorabilidad del Gran Rabino Shlomo Benhamú, y lo concluíamos anunciando: “En una próxima edición ampliaremos la información sobre conversiones y quienes pueden opinar”.
Nos consta, por la cantidad de comentarios que llegaron a nuestra redacción, que dicha nota fue considerada oportuna por quienes están plenamente identificado con el cumplimiento de las mitzvot, pero también que no fue del agrado de aquellos que consideran que el presidente de la AMIA no puede ser un judío raigal.
Es nuestro propósito, pese a que ya lo hemos considerado en muchas notas, volver a tratar el tema de las conversiones al judaísmo de acuerdo a lo establecido por el Shuljan Aruj, el código legal que rige la forma de vida judía; y estamos trabajando en ello, co0nsultando las opiniones de los rabinos especialistas en la materia.
Hemos decidido hacerlo de esta manera pues consideramos que si bien todo judío que estudió en una Yeshiva sabe Halajá, la situación que está viviendo nuestra comunidad requiere que las opiniones que publiquemos sean la de rabinos que se dedicaron a estudiar en profundidad todo lo relacionado con las conversiones.
Sabemos que en nuestro medio son muchos los que se abrogan el derecho de opinar sobre temas halájicos sin tener los conocimientos que se logran a lo largo de años de estudio. Esta facilidad de opinar que existe en nuestra comunidad es, posiblemente, uno de los graves problemas que nos impiden encontrar la senda adecuada para luchar contra el proceso de pérdida de valores judíos que estamos padeciendo, que genéricamente denominamos asimilación.
Hoy, cuando ante una enfermedad concurrimos a que nos atienda un médico especializado o que si el automóvil que poseemos no carbura como debería, lo llevamos al carburista. Permanentemente buscamos que para nuestros problemas de a vida diaria a los especialistas para que los atiendan. Esta manera de actuar también tendría que ser utilizada cuando lo que nos preocupa tiene que ver con la forma de vida judía y su continuidad, pero en estos casos todos nos ponemos a opinar, sepamos, o no, de lo que estamos hablando. ¿Por qué actuamos así?, es un interrogante que no sabemos responder. Lo único que podemos hacer es describir lo que ocurre, que en temas halájicos todos se animan a opinar, cuando sólo deberían hacerlo lo que saben.
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