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Este año, al conmemorarse el décimo cuarto aniversario del atentado a la AMIA, de acuerdo al calendario gregoriano, el pasado viernes 18 de julio, entre los convocantes al acto central comunitario volvió a estar incluida la DAIA.
Si bien la estructura del acto no varió con respecto a los anteriores, este hecho junto a la ausencia de dirigentes políticos oficialistas de primer nivel, sólo estuvo presente el ministro de Justicia, doctor Aníbal Fernández, en representación del Poder Ejecutivo Nacional, lo convirtieron en un acto distinto.
En las semanas previas al 18 de julio existía una incógnita, si el presidente de la AMIA sería o no uno de los oradores. La misma recién fue develada 48 horas antes del acto, momento en que se informó oficialmente que Guillermo Borger haría uso de la palabra.
Independientemente de los motivos que llevaron a las máximas autoridades comunitarias a evaluar la conveniencia o no de que el presidente de la AMIA, el mensaje que pronunció mantuvo la continuidad con los que vinieron expresando sus antecesores: el reclamo de justicia y la exigencia a investiguen quienes tienen la obligación de hacerlo. Dentro de este contexto Borger se refirió a la apelación del falló del Tribunal Oral Federal Nº 3 que está analizando la Corte Suprema de Justicia de la Nación, afirmando “El Procurador General ante la Corte Suprema emitió recientemente su dictamen: según él, existen pruebas que debe salvarse de la nulidad absoluta dictaminada por el Tribunal Oral. Apelamos ante la Corte Suprema porque confiamos en la independencia del tribunal y en la incuestionable honestidad y calidad profesional de sus integrantes. Esperamos y anhelamos que no eludan la enorme responsabilidad de transitar el camino que hoy se encuentra frente a ellos”, para más adelante solicitarles Queremos que revisen el caso, que se adentren en sus pruebas, las evalúen, las analicen, que juzguen las conductas de quienes fueron sometidos a juicio y emitan su veredicto”.
En nombre de los Familiares el orador fue el doctor Luis Czyzewski, quien realizó una especie de balance de lo ocurrido con la investigación y las causas colaterales en el año transcurrido desde el 18 de julio del 2007, dirigiéndose especialmente al fiscal Alberto Nisman y al juez federal Ariel Lijo, a la vez que fue muy crítico al referirse al presidente de Venezuela Hugo Chávez y a Luis D’Elía, como a Brasil y otros países sudamericanos. Sobre estos afirmó “. Nos dolió y nos duele ver la falta de acompañamiento que tuvo nuestro país por parte de Brasil cuando hubo que votar en Interpol la implementación de las alertas rojas en noviembre pasado. Sabíamos claramente como iban a votar países cercanos o amigos de Irán, pero nunca pensamos que Brasil no iba a acompañar la posición Argentina y se iba a abstener en esa votación. Esa postura nos conmovió y aún seguimos sin entenderla. También nos duele saber que países hermanos hayan hecho esfuerzos diplomáticos enormes para captar el mercado Iraní cuando nuestro país decidió suspender sus exportaciones a ese país”.
En esta oportunidad la oradora invitada fue la presidenta de Abuelas de Plaza de Mayo, señora Estela de Carlotto.
Notamos que las coberturas, tanto del acto central conmemorativo como los de Memoria Activa y APEMIA, ocuparon menos lugar en los medios que en años anteriores. Al comentarlo con algunos dirigentes, opinaron que fue consecuencia de la situación que se vivía en el país, donde el conflicto del Gobierno con el campo era el tema al que todos los medios le daban mayor espacio.
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