Cincuenta y cinco años después de haber sido secuestrada de su hogar en Bagdad por un vecino musulmán, y forzada a renunciar a su judaísmo, Jana Menashe huyó de Irak para reunirse con su familia en Israel. Todos estos años ellos creyeron que estaba muerta.
La trágica historia de Jana comienza en los años ’50, cuando su familia decide abandonar Bagdad para emigrar a Israel. Ella estaba casada con un judío iraquí y también iban a hacer aliá, pero un vecino musulman, enterado de esos planes, decidió secuestrar a la bella joven. Su familia nunca más supo nada de ella. A poco de llegar a Israel, su madre quebrada por el dolor falleció a la edad de 37 años.
Hace seis meses, la familia recibió un sorpresivo llamado telefónico de una mujer llamada Ravit Topol, del Ministerio del Interior, quien tenía datos de una extraordinaria historia que quería confirmar.
Jana había sido forzada a convertirse al islam; ningún vecino suyo en Bagdad conocía su secreto ni sabía de sus raíces judías, y ella tenía miedo de que su marido la matara si se contactaba con su familia. Al morir su esposo, Jana, que en la actualidad tiene 76 años, escapó de Bagdad haciéndose pasar por una refugiada de guerra. Ya en Europa se contactó con una embajada israelí diciendo que era judía y quería estar en Israel. Al principio no le creyeron, pero cuando mencionó a sus parientes de Israel, el personal de la embajada se puso en contacto con el Ministerio del Interior.
Su hermano Efraim, quien vive en Ramat Gan, se sintió shockeado ante la noticia, pero dijo que nunca había perdido las esperanzas de encontrar a Jana. Aunque sus padres y demás hermanos ya fallecieron, el resto de la familia vivió con gran alegría el reencuentro y prometieron ayudar a Jana a su integración en Israel.
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