Tres semanas después del 17 de Tamuz, hasta el 9 de Av, son días de duelo. Días que nos recuerdan terribles tragedias que el pueblo judío vivió desde su nacimiento hasta la actualidad.
Los judíos no son los únicos que penan por tragedias vividas; cada pueblo tiene días conmemorativos de pesares y sufrimientos de antaño. Pero en ningún pueblo existen días que contengan tantos dolores y sufrimientos como estas tres semanas. Desde los albores de la existencia judía parecería que estas tres semanas fueron señaladas para que en ellas ocurran hechos desgraciados.
El pueblo judío recién había nacido, fue liberado de la esclavitud en Egipto, se elevó muy alto en el Monte Sinaí para alcanzar la Torá y de repente cayó en el abismo más profundo de la idolatría. Al unísono habían exclamado Na’ase´venishma (Haremos y escucharemos) y repentinamente se encontraron bailando en torno a un becerro de oro. ¡Una terrible tragedia! Aquí hay un pueblo recibiendo la Torá y en el momento siguiente baila alrededor del becerro. Y ¿cuándo sucedió esto? En el 17 del mes de Tamuz.
En el decimoséptimo día de Tamuz del primer año desde que los judíos salieron de Egipto, apenas cuarenta días después de haber recibido la Torá, Moisés se da cuenta de que todo lo que su pueblo había aprendido en el Monte Sinaï se había derrumbado. “El pueblo se sentó a comer y a beber y se divirtió”. Cita el Midrash: “Divertirse significa estimular la prostitución, el crimen y el culto a los ídolos. D-s perdonó a los judíos ese pecado, pero una terrible palabra fue pronunciada: llegará un tiempo que tomaré en cuenta vuestros pecados”. Rashi dice: cada desgracia que cae sobre los judíos lleva en si una parte de pago por los pecados del becerro. Las desgracias de los judíos llegan en los días en que crearon el becerro, como castigo por aquellos pecados.
Un año más tarde, el segundo desde la salida de Egipto, cuando fueron liberados de la de la esclavitud- la libertad es una gran cosa, pero no todas las personas pueden apreciar su valor- había quienes añoraban el pescado que recibían gratis durante su esclavitud, la cebolla y el ajo, y no eran capaces de apreciar el verdadero sentido de la libertad. No se convencían de tener que cambiar el pescado por la libertad, de manera que muchos judíos comenzaron a arrepentirse de toda la cuestión y preferían regresar a Egipto en vez de esforzarse por ir a Eretz Israel. Y enviaron espías para que averiguaran si valía la pena quedarse en el desierto o convenía mas volver allí. Los espías regresaron trayendo un informe acorde a sus conveniencias, es decir, instándolos a pesar que no valía la pena tanto esfuerzo para llegar a tener un hogar propio. Entonces los judíos explotaron en inconsolable llanto y quisieron regresar a Egipto.
¿Cuándo aconteció esto? También en Tisha Beav (el 9°. Día del mes Av). Una vez mas se escucho una palabra estremecedora: "Hoy lloran ustedes en vano, pero después, en esos días llorarán realmente y por largas generaciones".
Después de 40 años de errar por el desierto llegan los judíos a Eretz Israel. Se establecen allí, convirtiéndose en una maravillosa nación, tienen un rey David y un rey Salomón. Pero al transcurrir el tiempo se alejan del camino recto: ellos pecan, cultivan la idolatría, se entregan a la embriaguez y a la corrupción, al lujo y a la vida desenfrenada, y entonces llega el momento de pagar por sus pecados. Llegan la destrucción y el exilio. ¿Cuándo sucede eso? – En Tisha Beav.
Signo fatídico
Babilonia arrasa la nación y expulsa a los judíos del país. Durante setenta años permanece el país en ruinas, pero los judíos retornan y se establecen nuevamente en su hogar. Transcurre el tiempo y vuelven a pecar. Nuevas generaciones nuevos pecados. Pelean entre si destrozándose unos a otros, y una vez más llega el tiempo de pagar: Vuelve la destrucción y el exilio. ¿Cuándo sucede? – En Tisha Beav. Tito con sus 80.000 legionarios arrasa con el Gran Templo, incendia la ciudad Jerusalem, degüella a miles de combatientes judíos y pone fin al estado judío independiente.
Setenta años después de esa destrucción, se reúnen 400. 000 jóvenes judíos y se rebelan contra los opresores romanos. Bar Kojba y sus heroicos combatientes logran una victoria tras otra. Casi parece que los judíos obtendrán un triunfo completo. Pero el odio y la envidia se introducen en las filas de los rebeldes judíos. El final de la empresa resulta trágico. ¿Y cuándo tiene lugar ese catástrofe? – En Tisha Beav del año 895, con la destrucción de Beitar.
Se ahonda el infortunio
Comienza el largo exilio; los judíos son diseminados por todo el mundo. Y algo notable: uno de los acontecimientos más trágicos de la historia de la diáspora judía sucedió también en los días que median entre el 17 del mes de Tamuz y el 9 de Av, de trata de la expulsión de los judíos de España, que tuvo lugar en el día del duelo judío, en Tisha Beav, en 1492.
Trágico fue el cuadro de centenares de miles de judíos que se vieron obligados a dejar sus hogares. Ancianos encorvados, de cabezas blancas, niños pequeños, hombres y mujeres descalzos, desnudos, desfallecientes, y martirizados, tuvieron que vagar por caminos desconocidos y por mares para buscar un rincón donde poder descansar sus agotadores pies.
No obstante todo lo anterior, las penas de las tres semanas no se terminaron. Llegó nuestro reciente desastre europeo. En comparación al mismo, todos los anteriores Tisha Beav parecen un juego de niños. Bestias y asesinos segaron las vidas de seis millones de lo mejor y más querido de nosotros por él sólo hecho de haber sido judíos. ¿Cuándo fue el momento culminante del último desastre?
También en los días que van desde el 17 de Tamuz hasta Tisha Beav. Quienes sufrieron en carne propia esa destrucción seguramente recuerdan cuándo tuvo lugar la “limpieza de masa” de los guetos judíos de Polonia. Esto aconteció en los días de agosto de 1942. De Drohovich y Borislav fueron arrancados de una sola vez diez mil judíos que fueron llevados a Bergen-Belsen a las cámaras de gas.
Un gran filosofo dijo una ves que la historia la hacen solo aquellos pueblos que poseen una profunda inclinación por relacionar el pasado con el presente y el futuro. Los pueblos que quieren hacer historia no deben nunca aceptar un mundo sin destino claro. Así también hay diferencias entre los individuos: hay quienes viven solo para si y se mantienen aislados, bastándose por si solos.
Nada en el mundo les importa, ni la historia del mundo ni el mundo como historia. Existen, sin embargo, otros individuos que viven convencidos de que son parte de una larga historia que se remonta a miles de años. Tales individuos sienten que su propia vida esta entretejida en la enorme red de toda la historia de su pueblo. Sienten que su propia vida personal esta íntimamente ligada a la vida de su pueblo. Si esto sucede con las personas, es muy importante que los pueblos vivan no solo el presente sino que tengan conocimiento de su pasado. Los pueblos que viven solo el presente son a-historicos, no componen una historia mundial.
Existe una frase en la Toráa que dice: “Si ustedes no me van a escuchar y van a ir conmigo con keri, yo ire con ustedes con ira de keri y os castigare siete veces más por vuestros pecados”. Rambam dice que la palabra keri significa mikre, acontecimiento o hecho accidental. Si los judíos han de atribuir todos sus acontecimientos y sucesos a accidentes o al fatalismo, el accidente les acarreara tales desgracias que los forzara a admitir que no son accidentales.
Sufrimientos que llegan sucesivamente en un mismo tiempo, sufrimientos que de por si no son normales ni descriptibles, tienen que conducir a la idea de que no son casuales sino que llegan como pago por haber incurrido en el pecado y por haber marchado por malos caminos.
Tenemos ahora un Estado Judío. Israel ha vuelto a nacer. Después de miles de años de destrucción y exilio volvemos a nuestra propia tierra. Que los días de Tisha Beav nos recuerden nuestra historia y los sufrimientos que padecimos en esa fecha. Que los sufrimientos alumbren nuestro nuevo camino y el pasado nos guié hacia un futuro seguro.
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