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Durante los últimos 11 años, el ingeniero tanquista del Ejército David Tenenbaum ha estado tratando de deshacer el daño que el gobierno le hizo a él en tan sólo cuatro días en 1997, cuando fue acusado de ser un espía de Israel.
Comenzó con una prueba poligráfica que le fue administrada el 13 de febrero, donde un interrogador le gritaba epítetos respecto a que ellos sabían bien cómo tratar con judíos. Al día siguiente el Sr. Tenenbaum llegó al trabajo y se encontró con que faltaba su computadora y su nombre había sido removido del sistema de correo electrónico en el Comando de depósitos de armamentos y transporte en Warren, Michigan.
Se le pidió entonces que entrara a una sala de conferencias donde agentes del FBI le informaron que debía confesar su delito por espionaje. Cuando el Sr. Tenenbaum se dio cuenta de que no iba a ser detenido, caminó fuera de la habitación hacia su Toyota Camry estacionado en la base, en las afueras de Detroit.
Al llegar el Shabat, los investigadores con los que se había encontrado en su oficina el día anterior comenzaron a saquear su casa y confiscaron los libros de música de quien era un violinista y guitarrista amateur, así como los libros coloreados que pertenecían a su hija de 4 años de edad. La prueba se completó el lunes siguiente. El Sr. Tenenbaum leyó en el Detroit Free Press que supuestamente él era un espía, y más tarde se enteró de que el FBI se había olvidado de sellar el pedido realizado ante la Corte de Michigan con la autorización para inspeccionar su casa. Algunos periódicos empezaron también a llamarlo “el nuevo Jonathan Pollard”, el oficial de la Marina que fue sentenciado a prisión de por vida por robar tecnología a favor de Israel en 1986.
Nuevos detalles aparecieron esta semana cuando una organización independiente de control llamada el Proyecto para la Supervisión Gubernamental publicó unos documentos internos nuevos relacionados con la investigación del inspector general del Pentágono respecto al tratamiento del caso de Tenenbaum.
“Durante casi 12 años he estado luchando para obtener justicia” dice. Y agrega que muchos de los oficiales de seguridad que él piensa que fueron los que lo atormentaron, han sido promovidos en el ejército. Mientras tanto él sigue siendo visto como una especie de paria en su oficina. Ya no se le permite dedicarse a algunos de sus proyectos favoritos. Durante este tiempo ha completado un doctorado como ingeniero químico.
“Hace 11 años que espero una reivindicación”, dice, “yo fui erróneamente acusado de espionaje; el castigo es o la muerte o la prisión de por vida. Mi padre era un sobreviviente del Holocausto. Fue el único que sobrevivió. Falleció un año antes de que todo esto ocurra. ¿Pueden imaginar lo que hubiera sentido viendo a su único hijo siendo discriminado sólo por el hecho de ser judío?”
Según el Sr. Tenenbaum, cuando le tomaron la primera prueba de polígrafo en 1997, el interrogador le dijo: “Yo ya me las he visto con otros judíos antes y pude hacer que confiesen, y voy a hacer que tú también confieses”. Y agregó: “Yo puedo decir si estás mintiendo sólo por mirarte a los ojos”.
Los dirigentes de la comunidad judía y los ex –oficiales del Departamento de Defensa afirman que el caso de Tenenbaum representa un fenómeno muy perturbador.
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