El diario británico Sunday Times hace trascender un aspecto aún desconocido del régimen nazi. Adolf Eichmann, el arquitecto de la solución final, habría garantizado personalmente la protección de 800 Judíos en un hospital berlinés preparado a tal efecto, y dirigido hasta el final de la guerra por un médico judío, el doctor Walter Lustig.
Es posible imaginar la sorpresa de los soldados del Ejército Rojo cuando descubrieron a estos judíos aún vivos en el centro de Berlín. Podían haber servido de cobertura de la demencial política de exterminio que Alemania había aplicado y que negaba oficialmente.
Algunos de estos prisioneros, según el Times, habrían colaborado como espías a cuenta de Alemania. Otros estaban vinculados por lazos matrimoniales con algunas familias alemanas muy influyentes. Otros buscarían asilo, este hospital siguió siendo el único lugar seguro para un Judío en el Reich. Todo esto es, no obstante, difícil de comprobar, dado que la mayor parte de los archivos del hospital fueron destruidos antes de la llegada de los rusos. Hasta ahora, no hubo testimonios de ninguno de esos supervivientes que pudieran confirmar esta “información”. Y en la medida en que su fuente es británica, podría tratarse de una “desinformación”.
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